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viernes, octubre 11, 2024
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El reto de la protección de cultivos

Los profesionales del campo deberán adaptarse a la normativa en el uso de productos de protección de cultivos manteniendo la rentabilidad de sus explotaciones

Ignacio Tobalina. Market development Bayer

La actividad agrícola está inmersa en un profundo cambio que se ha iniciado con la implantación de la estrategia promovida dentro de la UE conocida como Green Deal, donde encajan otras iniciativas que apuntalan dicha estrategia, como Farm to Fork (F2F), Biodiversity Strategy, Nueva PAC (Ecoesquemas), futura directiva de usos sostenible de productos fitosanitarios, entre otras.

Dicha estrategia marcará el entorno regulatorio que afecta a la producción agrícola hasta 2030, e incluso más allá, hasta 2050, donde se pretende que la que la UE sea el primer continente neutro climáticamente.

La UE persigue con estas iniciativas, enfrentarse y dar respuesta a los principales desafíos que la sociedad en su conjunto tiene respecto a la preocupación por el cambio climático, pérdida de biodiversidad, preservar el entorno donde se realiza la actividad agraria, y la seguridad alimentaria tanto en calidad de esta como en cantidad suficiente.

Poco a poco, estas líneas de trabajo están llegando al agricultor europeo, y están obligando a cambiar la manera de hacer la “Agricultura”, y paulatinamente habrá que ir adaptándose a este entorno cambiante.

Soluciones con menor riesgo

Desde el punto de la protección de cultivos, que también está inmerso en este cambio, las directivas marcan unas líneas de trabajo que tienden a reducir el uso de fitosanitarios, y promover soluciones con menor riesgo, de ahí la iniciativa de reducir un 50% el riesgo de fitosanitarios hasta 2030, y avanzar hasta un 25% de producciones ecológicas.

En línea con estos objetivos de uso de productos de protección de cultivos, los umbrales regulatorios para obtener usos autorizados están siendo revisados continuamente, priorizando los más seguros, y cancelando o modificando las condiciones de uso para aquellos productos que no se ajustan a los nuevos requisitos. También se van a modificar la Directiva de uso sostenible de los mismos, y afectará a todo lo que rodea al manejo de estos en el conjunto de la actividad agraria, más allá del fabricante y hasta su aplicación en el campo.

Equilibrio entre sostenibilidad y rentabilidad

Por el otro lado de la ecuación, nos encontramos con la realidad actual de entorno cerealista, que tiene que mantener su sostenibilidad social y económica, y en su saber hacer diario tendrá que adaptarse paulatinamente a estas normas manteniendo su explotación rentable, que es hoy por hoy el gran reto.

Reto principal: control de malas hierbas

Desde el punto de vista de la protección de los cultivos, las amenazas que afectan a los cultivos cerealistas de Palencia siguen estando presentes, y en especial la convivencia de los cultivos sin presencia de malas hierbas o a un nivel tolerante con la producción, cada vez se hace más complicado, siendo el principal problema al cual hay que enfrentarse.

Esta dinámica no es nueva, se produce como consecuencia de la selección que se está produciendo en las especies de malas hierbas hacia biotipos resistentes a los herbicidas tradicionales, y a la falta de innovación en el sector de la protección de cultivos.

Ahí están los problemas crecientes de gestión de Lolium sp, Alopecurus sp, Avena sp, Papaver rhoeas, Sinapis arvensis, que poco a poco se van extendiendo por la provincia.

Ciertamente en el nuevo contexto regulatorio, el impacto sobre el conjunto de los herbicidas empleados en cereales se verá muy afectado, y habrá que enfrentarse a pérdida de licencias de uso o bien a reducción de dosis de los mismos, e ir esperando a que la innovación llegue al agricultor en el medio y largo plazo, esta dinámica presionará aún más la gestión de las malas hierbas en los cereales.

Para la gestión de las malas hierbas el agricultor tendrá que incidir con mayor intensidad con las técnicas de gestión integrada (IWM), donde no solamente se piense en herbicidas, si no que tendrá que integrar otras prácticas de manejo de la explotación que ayuden a evitar la competencia, además de introducir técnicas de Agricultura Digital para poder adaptarse.

Control de plagas, menos afectadas

En menor medida los cereales, en provincias como Palencia, se ven afectados por enfermedades fúngicas de hoja, con mayor virulencia en primaveras húmedas, pero en este capítulo las prácticas se verán menos afectadas, y el manejo correcto de material vegetal y productos de protección de cultivos, estarán siempre disponibles para el agricultor.

Por lo que respecta a plagas, la incidencia sigue siendo baja, aunque preocupan los problemas puntuales que surgen de Zabrus, Gusano de alambre (Agriotes sp) y virosis transmitidas por pulgones de otoño, que han pasado de ser anecdóticos a verse incrementada su presencia, pero al igual que las enfermedades las técnicas de gestión de estas plagas no variarán en mayor medida.

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