En los últimos días se han registrado subidas en los precios por diferentes factores, como la reducción en la cosecha de Brasil, los pobres resultados en las cosechas de cereal y oleaginosas de Canadá o el descenso en la producción de Rusia.
Cabría añadir el efecto de las compras continuadas por parte de importadores chinos. Más cerca de casa, también se puede destacar la peor calidad de los trigos panificables en la campaña francesa, debida a las lluvias tardías.
Así las cosas, la situación puede matizarse ligeramente por los últimos informes publicados en EEUU, algo menos pesimistas, y por unas estimaciones ligeramente menos negativas en relación con Rusia y Brasil.
Se reactiva la cabaña de cerdo en China, que ha dejado atrás la peste porcina sufrida en los últimos tiempos, lo que supone un cambio de escenario muy relevante para el sector español, que exporta más de la mitad de su producción.
El previsible reajuste del porcino se puede traducir en una reducción del consumo de piensos a corto o medio plazo, otro factor que hay que tener en cuenta en un análisis prospectivo del mercado.
Las lonjas españolas mantienen el precio del cereal en una meseta alta de precios, si bien con alguna corrección a la baja, que no va significar un descalabro en los precios.
Habrá que estar atentos a cómo afecta la nueva cosecha de maíz al precio del conjunto de los cereales. No podemos perder de vista que los precios del maíz de importación de nueva cosecha se sitúan 30 euros por tonelada por debajo de lo que se está pagando en la actualidad.
Este factor puede ser importante porque podría arrastrar a una parte del resto de los cereales.