Imagen: J.I. Berdón para DO Ribera del Duero
Las bodegas de la DO Ribera del Duero, como las demás, tuvieron que buscar rápidamente nuevas fórmulas para estar en contacto directo con sus consumidores al cerrar la pandemia sus canales habituales. Confían en que esta próxima sea sea una campaña positiva, tanto en los mercados internacionales como en España.
Enrique Pascual, es presidente del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero
-¿Cuál es el balance de la campaña del año pasado?
-A pesar de las circunstancias que han marcado los pasados doce meses, con una vendimia que se desarrolló en pandemia y una situación de incertidumbre, con cambios constantes en la normativa sanitaria, el balance no ha sido malo. La responsabilidad mostrada por nuestros profesionales, viticultores y bodegueros, que se anticiparon y tomaron todo tipo de medidas para garantizar la seguridad en campo y en bodega, evitó que se produjeran brotes.
El tiempo fue el mayor enemigo, con episodios constantes de lluvia que obligaron a parar la actividad. Pero en Ribera del Duero somos gente fuerte y capaz de hacer frente a lo que se nos presente. Y finalmente cerramos la recogida superando los 123 millones de uva sana y de calidad.
-¿Cómo ha afectado a viticultor, cooperativas y bodegas de la DO el estado de alarma?
-Pues como al común de los mortales. Con la actividad ralentizada, con cierto miedo por lo que se estaba viviendo, pero sin cesar los trabajos porque el campo no espera. Esta situación es inédita para todos. Las bodegas tuvieron que buscar rápidamente nuevas fórmulas para estar en contacto directo con los consumidores, pues vieron sus habituales canales cerrados a cal y canto. Pero hemos sido ágiles y de alguna manera hemos hecho frente a las consecuencias, dentro de nuestras posibilidades.
-¿Se han resentido mucho los mercados? ¿Cómo van las ventas? ¿Hay más existencias almacenadas de las deseables?
Los mercados se han resentido para todos. Para el sector del vino, pero también para otros muchos sectores. De esta situación todos somos víctimas, por decirlo de alguna manera. Las ventas se paralizaron en las primeras semanas con el estado de alarma, me refiero a las grandes operaciones.
El mundo entero se cerró y eso nos ha afectado. Trabajamos para activar con fuerza el negocio ‘online’ y dio sus frutos, sin poder sustituir a la venta directa y a la hostelería. Afortunadamente las exportaciones se comportaron mejor que el mercado nacional. El hecho de que no se haya vendido tanto vino unido al importante volumen vendimiado hace que las bodegas dispongan de un stock superior al de la media de los últimos años. Aunque la situación es mejor de lo que se podía esperar, porque hemos trabajado mucho.
-¿Esta situación ha afectado más o menos a los tintos de Ribera del Duero?
Ha afectado a nuestros tintos, lógicamente. Es que es un escenario sin precedentes, no es una crisis conocida. Y se está alargando en el tiempo más de lo que en principio esperábamos. Hay que tener en cuenta que el principal canal de Ribera del Duero es la restauración. Con la hostelería cerrada o funcionando a medio gas, nosotros también nos vemos afectados. Para los vinos de la Denominación de Origen ningún canal de venta sustituye a la hostelería.
Afortunadamente nuestra marca de calidad tiene un prestigio, se ha ganado la confianza del consumidor. Y hemos visto como nuestros vinos de categorías más altas, crianzas, reservas y grandes reservas, ha sido la opción más elegida.
-¿Tiene Ribera del Duero alguna particularidad que la beneficie o perjudique en situaciones como esta?
-Ribera del Duero es referente internacional de calidad. Estamos en más de un centenar de países, nuestras bodegas tienen líneas de importación bien estructuradas. El prestigio adquirido, el contar con la confianza del consumidor, nos ha beneficiado.
-¿Han servido para paliar los problemas las ayudas de la Administración (poda en verde, almacenamiento, destilado…)?
-Cualquier ayuda es buena y necesaria. Y lógicamente esas lo han sido. Pero ahora urge que se nos brinden más apoyos, a nosotros y a los sectores hermanos, como puede ser la hostelería y el turismo. Porque el enoturismo se ha visto seriamente afectado. Y es importante que las administraciones no se olviden de nuestras bodegas, que las ayuden a seguir andando, porque son garantían de futuro para las zonas rurales donde se asientan. Pero confiamos en que sea así y en que llegue pronto.
-¿Fueron suficientes? ¿Echan alguna de menos?
-Fueron las que fueron. Si hubieran sido más; bienvenidas. Pero al menos las hubo. Y reitero que ahora esperamos que se fijen líneas de ayuda para el enoturismo y todos los actores afectados, entre ellos principalmente nuestras bodegas.
-¿Serán necesarias otra vez ayudas de la Administración?
Me remito lo anterior: en esta situación excepcional e inédita todas las ayudas son necesarias.
-¿Qué previsiones manejan respecto a cómo irá todo esta campaña?
-Seguimos trabajando para que sea una campaña positiva, tanto en los mercados internacionales como en España. Y en lo que se refiere al campo, todo dependerá de la meteorología, pero la previsión a día de hoy es buena.
-¿Repuntarán los mercados?
-Repuntaran cuando la situación se estabilice. Hay que tener en cuenta que no estamos ante una crisis al uso, no depende solo de la economía, es una pandemia sanitaria. Y la salud debe ser lo primero. Cuando haya una normalidad real, no relativa, y volvamos a vivir sin esta incertidumbre, todo se activará. No es que los consumidores hayan dejado de consumir, es que ha cambiado la forma de consumo y estamos adaptándonos a ello.