La Confederación Hidrográfica del Duero ha destinado más de 2,2 millones de euros a actuaciones de conservación y mantenimiento de 57,1 kilómetros de cauces en la provincia de León durante el último año y medio. Asimismo, ha retirado un total de 1,4 toneladas de basuras y residuos localizados en las diferentes zonas de ejecución.
En concreto, la CHD ha actuado en los ríos Esla, Porma, Órbigo, Bernesga, Luna, Duerna, Eria, Curueño, Tuerto, Corcos, Casares, Cea, Torio, Valle Gordo, Omaña, De Salce, Del Collado, Valdellorma, Moro, Grande, Valle Juncosa y De Los Peces, en unos 60 municipios de la provincia de León.
Actualmente, se está trabajando la confluencia del arroyo del Redecillo y del río Órbigo en los términos municipales de Santa Marina del Rey y Benavides.
Las labores de conservación y mejora del dominio público hidráulico han consistido, de manera general, en el tratamiento integral de la vegetación, la eliminación de especies vegetales alóctonas, la retirada de tapones y arbolado caído sobre el cauce, aportación de sedimentos al dominio público hidráulico y el acondicionamiento integral del cauce.
Dentro del programa de mantenimiento y mejora de las condiciones hidrológicas de cauces que se desarrolla en la cuenca, la CHD ha trabajado también en una veintena de arroyos en la provincia de León entre los que se encuentran Valdezaba, De la Pega, Villafreo, Folledo, De Camplogo, De la Varga, Portilla, Cospedal, San Juan, Costanilla, Rezobrera, Olleros, Santibáñez o Rosambre.
Estas actuaciones se encuadran dentro de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos, que persigue conservar y mantener el estado actual de los ríos evitando un mayor deterioro. Para ello, se establece la necesidad de realizar pequeñas actuaciones que conserven y mejoren el estado de los cauces, para evitar así posibles daños por inundaciones. Un proceso que requiere la eliminación, reducción o mitigación de las presiones que alteran a los ríos y los desvían de su estado natural.
Dada la importancia de los ríos como elementos vertebradores y conectores del territorio y la especial relevancia de los hábitats y especies acuáticos y ribereños, y las consecuencias del cambio climático sobre éstos, destacan aquellas actuaciones de restauración cuyo objetivo es la conexión longitudinal y transversal de los ríos, así como las de tratamiento de la cubierta vegetal orientadas a disminuir la afección por plantas invasoras, mejorar los bosques de ribera, disminuir su fragmentación e impulsar la diversidad de las especies autóctonas.