La cosecha de adormidera ha finalizado con datos positivos y con altas expectativas para el año que viene. Cerca de 400 agricultores han cultivado alrededor de 7.000 hectáreas: 1.500 en Castilla y León y 5.500 en Castilla-La Mancha, y la previsión es que esa superficie aumente de cara a la siguiente cosecha.
El año comenzó complicado, especialmente en la zona de Toledo, que sufrió un invierno muy lluvioso y algunas complicaciones para la siembra. “Todas aquellas parcelas que pudieron prepararse en tiempo y forma están sacando unos resultados excelentes, y aquellas que se demoraron como consecuencia de una mala preparación están sacando unos rendimientos inferiores. Pero, en conjunto, la campaña ha quedado estupenda a nivel de producción de biomasa”, asegura Fernando Martín, director agrícola de Alcaliber.
Se empezó con muchas complicaciones para preparar el terreno, debido a la humedad y las continuas lluvias. “Pero eso no ha hecho más que tener un acopio de agua en la base, que ha hecho que muchos cultivos ni siquiera hayan necesitado los riegos de emergencia para la nascencia y eso ha sido muy positivo porque tenemos una densidad de plantas muy apropiada”, detalla.
A lo largo de estos meses, han existido altibajos de sequía, calores, bajas temperaturas… pero el balance para los profesionales es “muy positivo” y el agricultor está “muy satisfecho” con los resultados finales.
Esta campaña demuestra que el cultivo de la adormidera entra muy bien en las rotaciones y que se adapta tanto a la meseta sur como a la meseta norte. “Confiamos en que el año que viene, gracias a estos buenos resultados, podamos tener la respuesta que esperamos de los agricultores”, avanza el director agrícola de Alcaliber.
En Castilla-La Mancha “el comienzo fue un poco complicado y se tuvo que regar un poco más, sobre todo en los meses finales”, destaca Javier Seseña, técnico en la comunidad. “Los terrenos tenían bastante dificultad a la hora de entrar por la humedad. Luego el clima se suavizó y hemos tenido un año bastante correcto. Me atrevería a decir que medio-alto”, explica.
En el caso particular de la zona de Toledo, “ha sido un año bueno, con una producción aceptable, comparado sobre todo con el año pasado”, subraya. La zona de Ciudad Real también ha tenido medias muy altas y prácticamente sin ninguna incidencia.
«En Toledo no pudimos entrar en el momento adecuado porque las parcelas que se sembraron en su fecha han sido muy productivas, incluso superando los 3.000 kilos en algunas de ellas, pero al final los años nunca son iguales, y podemos confirmar que este ha sido muy bueno», apunta.
Una vez terminada la campaña en Castilla-La Mancha, los técnicos de Alcaliber están convencidos de que los agricultores seguirán apostando por la adormidera, ya que es un cultivo controlado. Además, el hecho de tener el precio ya fijado antes de sembrar es algo atractivo para ellos.
Entre las expectativas para la próxima campaña se encuentra la de ampliar las 7.000 hectáreas de este año en torno a 2.000 o 3.000 más.