spot_img

La publicación agraria líder

lunes, abril 29, 2024
spot_img
InicioPortada APPLa falta de mano de obra ahoga al campo

La falta de mano de obra ahoga al campo

La dificultad para encontrar trabajadores se ha convertido en uno de los principales contratiempos para el desarrollo de las campañas

Edu Mongil

La falta de mano de obra en el campo es uno de los contratiempos más complejos a los que tiene que hacer frente ahora mismo el sector primario.

El cambio de modelo en el mercado laboral ha provocado un descenso en el número de profesionales que quieren trabajar en labores agrícolas y ganaderas, y la situación no tiene una solución sencilla.

Con la vendimia terminada y algunos cultivos como la remolacha en plena cosecha, se pueden extraer conclusiones. Y no son demasiados positivas en lo que a encontrar trabajadores se refiere.

Según comenta Javier Bayón, jefe de operaciones agronómicas en Bodegas Familiares Matarromera, la campaña finalizada en las viñas del grupo se desarrolló con relativa normalidad, pero con “problemas serios” para encontrar gente.

Los grandes vinos de Ribera del Duero exigen que la vendimia se haga a mano y con cajas para elaborar sus referencias, pero esta tradicional forma de trabajar está en peligro. “Para recoger en cajas necesitas muchas personas, y cuesta encontrar trabajadores con experiencia, es difícil”. Para Bayón, las características de la labor en el campo, “un trabajo duro y físico”, es la razón principal de que sea complicado conseguir mano de obra. Pero no es la única.

Problemas de futuro en las explotaciones pequeñas

El envejecimiento en el campo es otra preocupación. Según datos del Ministerio, el 41% de los jefes de explotación tiene más de 65 años. Y no hay relevo. La mano de obra familiar se ha reducido un 50%, según los últimos informes estatales, por lo que parece claro que los hijos no quieren hacerse cargo de las explotaciones.

“Es normal que pase esto si la gente no ve futuro”, opina Javier Bayón, que pide a las administraciones que se pongan las manos a la obra.

Las subidas en los costes de energía y combustible, y las mayores exigencias sanitarias en la producción influyen directamente en los márgenes, algo que sufren especialmente las fincas más pequeñas. Estas explotaciones, en muchos casos, tienen que acabar recogiendo los cultivos gracias a la ayuda de familiares o amigos.

El jefe de operaciones agronómicas de Matarromera reclama, entre otras cosas, que se exija a los productos que se importan desde el exterior lo mismo que se exige a los productos nacionales. “Flaco favor haces a tu gente si no pones criterios igualitarios. El producto de proximidad da dinero y crea riqueza”, argumenta.

Además, ese compromiso público podría ser un incentivo, según Bayón, para que haya más posibilidad de encontrar personal: “si se fomenta la proximidad y se dinamiza el sector agropecuario, se puede fijar población en el mundo rural, y eso generaría más oportunidades de trabajo”. Aunque, en sus palabras, “trabajo en el campo ya hay de sobra, siempre se va a necesitar gente en la recogida de patatas, para colocar tubos de riego, etc”.

La mecanización no soluciona todo

La mecanización de los trabajos es posiblemente la última salida que le queda al campo para arreglar el problema de la mano de obra. En el sector del vino, muchos viticultores reacios se han pasado ya al cultivo en espaldera ante la falta de trabajadores, pero los profesionales quieren resistirse a entregarse del todo a las máquinas.

Hay labores que requieren todavía la acción humana, y que es muy difícil que puedan ser sustituidas con igual resultado. “No todo se puede mecanizar, en la viticultura hay, por ejemplo, podas selectivas que es mejor hacerlas a mano. Además, personalmente, hay tareas que siempre voy a preferir que se hagan como nos enseñaron”, comenta con cierta nostalgia Javier Bayón.

NOTICIAS RELACIONADAS
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img