Con el fin de mejorar la sostenibilidad del sistema alimentario, la Comisión Europea ha establecido como objetivo que el 25% de las tierras agrícolas estén en producción ecológica en el año 2030.
Y el olivar ecológico va ganando terreno en el campo español. En la última década, la superficie de olivar ecológico se ha incrementado progresivamente, hasta alcanzar 209.288 hectáreas en 2019, representando más del 8% de la superficie total de olivar para almazaras en España.
Provincias como Córdoba lideran la extensión de olivar ecológico en Andalucía y España, con un creciente interés en la provincia de Jaén ante los mejores precios en origen del producto. En clave europea, España está en primera posición en superficie, seguidos por Francia e Italia.
También, la producción de aceite de oliva ecológico no deja de crecer, impulsado por los mejores precios que ofrece especialmente en los mercados internacionales. No obstante, dentro del mercado nacional también se incrementan los niveles de consumo cada año.
En Andalucía (principal productor) se estima una producción de 24.540 toneladas de aceite ecológico para esta campaña 2020-2021, un 43 % más que la campaña anterior. Y es que, a diferencia del aceite de oliva virgen extra convencional, el ecológico resulta más rentable y estable en el tiempo. De hecho, en los últimos tres años, el precio del AOVE se ha mantenido en una media superior a los 4 euros el litro.
El número total de industrias relacionadas con la producción de elaboración de aceites y grasas vegetales en ecológico fue de 1.054 en 2019. Los datos del MAPA recogen que, de estas industrias, un total de 1.002 fueron almazaras y/o envasadoras de aceite, la mayor parte de ellas en Andalucía (456), seguida de Castilla-La Mancha (166), Cataluña (115), Comunidad Valenciana (72), Extremadura (56), Baleares (42), Murcia (29), Aragón (20), La Rioja (10), Canarias (6), Navarra y Madrid, ambas con 9, Castilla y León (7), Galicia (3) y País Vasco (2).
El consumidor está dispuesto a pagar más por un producto diferenciado, que además implica un modelo de gestión socialmente responsable. Y es que la agricultura ecológica genera numerosas ventajas: respeta los ecosistemas, mejora la salud del suelo, aumenta la biodiversidad, favorece el desarrollo rural y medioambiental, permite acceder a mercados europeos e internacionales, además de acceder a ayudas procedentes de financiación europea.
Para acceder al mercado ecológico, es necesario contar con la certificación que ofrece un organismo de control y certificación de referencia como Sohiscert, sin duda un gran aliado para olivareros, almazaras y envasadores que operan en el creciente mercado de alimentos ecológicos.