Enfermedades como el oídio y el mildiu encuentran ahora las condiciones de temperatura y humedad idóneas para desarrollarse
Lucía López
Las tormentas de finales de primavera y primeros días del verano han provocado daños en el viñedo y han favorecido la proliferación de hongos y otro tipo de enfermedades. La Junta ha advertido a las denominaciones de origen del riesgo que existe de que se desarrollen el oídio y el mildiu, dos enfermedades comunes del viñedo.
Los consejos reguladores inciden en que los siguientes días son cruciales para la recuperación y reparación de los daños causados por las lluvias y esperan llegar a tiempo para que las pérdidas sean las menos posibles.
Desde el Consejo Regulador de la DO Cigales se asegura que la humedad y la alta temperatura son condicionantes clave para la contaminación fúngica, y que persista la lluvia no beneficia el tratamiento de las vides, ya que no se puede acceder al campo y, al mismo tiempo, el agua retira los productos que se aplican. Los esfuerzos se centran en salvar lo más posible y hacer control de daños, de forma que lo que se ha estropeado no se recoge y solo se pierde cantidad, no calidad.
“La floración ya ha sido, por lo que estas lluvias no condicionan la cantidad ni la calidad de lo que podamos recoger” señalan desde la DO Toro. Es necesario acceder al campo para ver los daños reales, pero las tormentas localizadas no han dado tregua y el viticultor no ha podido entrar a tratar la viña.
Otras zonas, como la DO Arribes, se encuentran sorprendidas del buen estado de las viñas tras las lluvias, ya que no se han desarrollado hongos. Deben controlar que eso no suceda, pero aún es complicado porque no pueden acceder a las vides. Es una buena noticia que hubiera terminado la floración “porque así no se han perdido bayas”.
En la DO Rueda afirman que no hay enfermedades pero deben prevenir y vigilar el cultivo para que no se desarrollen hongos.
La persistencia y el caudal de las lluvias han motivado la aparición de mildiu en parte de los viñedos de la DOP Sierra de Salamanca, a pesar de que la gran mayoría no se ha visto afectada. El mildiu seca el racimo, por lo que la pérdida que se produzca será “en cantidad” y es previsible que se desarrolle más a lo largo de los días.
Las vides que continúan sanas son las de la DO Arlanza porque, aunque la lluvia ha sido insistente y en ocasiones acompañada de pedrisco, el viento ha secado la humedad y se ha tratado para evitar problemas mayores. Aun así, señalan que “la situación todavía es propensa a la aparición de oídio”.
La DO Ribera del Duero apunta que se ha producido el cuajado en gran parte de sus viñedos, por lo que en aquellas zonas en las que solo se han producido periodos de precipitaciones y vientos, las tareas se centran en reducir los daños causados por las tormentas.
Por el contrario, en las zonas en las que ha caído pedrisco ha habido daños importantes y “se ha perdido la posibilidad de salvar la cosecha de esta campaña”. “Lo que tenemos que hacer es trabajar para recuperar madera de poda para la próxima campaña”, añaden.
Existe riesgo alto de infección por mildiu, para lo que se realizan las labores necesarias, pero es preciso estar alerta, sobre todo por las precipitaciones y temperaturas. Aparecen también los primeros síntomas, aún escasos, de oídio. Es necesario seguir vigilando.