Azucarera, con el objetivo de hacer más fácil la tarea de sus remolacheros, está haciendo una gran apuesta por ofrecer herramientas digitales que ayuden en la toma de decisiones agronómicas a sus agricultores y sus técnicos de campo.
Un ejemplo claro es la colaboración que lleva realizando la compañía durante los últimos tres años con la empresa SmartUp, especialista en inteligencia artificial. Azucarera y SmartUp trabajan codo con codo en el desarrollo de un modelo de recomendación agronómica entre agricultores para el cultivo de remolacha azucarera. Se trata de una herramienta colaborativa en la que el conocimiento y prácticas agronómicas de los agricultores y técnicos de campo se ponen en el centro del proyecto para crear valor y mejorar sus producciones.
Desde estas siembras, los técnicos de campo de Azucarera cuentan en sus dispositivos con un modelo de recomendación de las buenas prácticas que son clave en el cultivo de la remolacha. Esta tecnología, unida al conocimiento específico del técnico de campo y del agricultor, es un arma infalible para asegurar buenos rendimientos en el cultivo.
Para crear el modelo de recomendación, Azucarera ha trabajado con toda la información recogida en los cuadernos de campo desde el 2010. El modelo consigue diferenciar las variables no manejables (suelo, clima, tipo de riego…) de las zonas que son agronómicamente iguales. De estas zonas, el sistema selecciona automáticamente a los agricultores que mejores producciones tienen, y les asocia automáticamente el resto de remolacheros que cuenten con características de sus explotaciones muy parecidas a las suyas.
En este momento es cuando el modelo de recomendación empieza a funcionar. Realiza una comparativa entre las prácticas agronómicas llevadas a cabo en el cultivo por ambos agricultores y les da sugerencias de las prácticas agronómicas que han sido clave para tener buenos rendimientos. El agricultor y el técnico de campo evalúan los aspectos de mejora sobre los que van a trabajar el siguiente año para mejorar las producciones de las parcelas: fecha de siembra, variedades que mejor se comportan en cada zona, cantidad de abono aplicado y momento de aplicación, uso de fungicidas para el control de la cercospora y manejo del riego pueden ser algunas de ellas.
“Con este método, agricultores y técnicos, puedan tener en la palma de la mano toda la información referente a su cultivo y tomar las decisiones más acertadas para la mejora del rendimiento de la remolacha”, explica Carlos Alonso, responsable del proyecto bigdata agrícola.
De esta manera, Azucarera continúa implementado su digitalización y haciendo más fácil el trabajo de sus agricultores.