La reserva de los embalses del Duero para el riego se acerca, poco a poco pero sin pausa, al 60% de su capacidad: este jueves estaba ya al 59,3%. Y todavía quedan las nevadas y lluvias del grueso del invierno y la primavera. El regante puede estar tranquilo de cara a la próxima campaña porque ahora mismo hay cerca de un 16% más de la media de los últimos diez años, que según los datos de la CHD ahora sería un 43,7%. Sin que todo esto, por supuesto, suponga que pueda bajar la guardia y abusar del agua.
El ahorro y la eficiencia deben seguir siendo sus premisas, además de sacar adelante los cultivos en las mejores condiciones que sea posible. Al igual que la temporada pasada -y con mucha diferencia respecto a la de 2017- no habrá ningún problema para regar.
Por otra parte, la Confederación Hidrográfica del Duero ha anunciado que va a realizar un estudio de viabilidad exhaustivo y pormenorizado sobre el proyecto de regulación lateral del río Órbigo, que contemple los costes socioeconómicos y los asociados a la explotación. La semana pasada se llevó a cabo un encuentro con los alcaldes de la zona y la plataforma de afectados por las presas de La Rial y Los Morales.
Por su parte, el Sindicato Central del Embalse de Los Barrios de Luna y las Comunidades de Regantes del Embalse de Los Barrios de Luna han manifestado su “firme apoyo” para seguir adelante con los proyectos de regulación adicional del Órbigo.
La superficie de regadío con agua superficial, cuyo titular es una comunidad de regantes es de 311.929 hectáreas (para 476 comunidades). Con agua superficial son 61.535 hectáreas las que riegan agricultores no asociados, mientras que cinco comunidades aportan desde subterráneas riego a 5.304 hectáreas de cultivos. 169.012 hectáreas no forman parte de ninguna comunidad.