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martes, abril 30, 2024
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“Prohibir el glifosato acabaría con la agricultura de conservación”

Técnicos y agricultores alertan frente a un debate que nunca finaliza en la UE: el de prohibir definitivamente este herbicida o prorrogar la autorización para su uso. Los días 12 y 13 de octubre se debate una prórroga de diez años

La Comisión Europea ha propuesto a los Estados miembros renovar 10 años más -hasta 2033- la autorización del glifosato, el herbicida más utilizado y cuyo permiso expira a mediados de diciembre. Los gobiernos y votarán la propuesta en su reunión del 12 y 13 de octubre.

Ante este debate Víctor López, de la compañía Paralcampo, destaca que está “más que demostrado” que el glifosato no genera problemas de salud “si se emplea de forma legal, con todos los requerimientos que se le hacen al agricultor o al técnico que realiza la aplicación”.

Por otra parte, una decisión política que hiciera desaparecer este herbicida “supondría un cambio radical” en la agricultura que se practica hoy en día, “incluida la desaparición de esa agricultura de conservación que nos reclama la propia UE”.

Por una parte, el agricultor estaría obligado a realizar muchas más labores mecánicas, con los consiguientes efectos sobre el estado del suelo y con un incremento radical del consumo de gasóleo.

“El glifosato ahorra combustible y eso es muy importante desde el punto de vista ambiental y también económico, en unos días en los que se habla del precio del barril a 150 dólares”, señala Víctor López. “Sería la puntilla para muchos agricultores, teniendo en cuenta cómo está de comprometida la rentabilidad del cereal”.

El fin de la agricultura de conservación

Es de la misma opinión Marcelo Álvarez, agricultor y responsable de la compañía Agritec Medina, para quien el glifosato es el protagonista en el debate que se plantea todos los días en torno al café.

Para él, la eliminación del glifosato “haría inviables las diferentes formas de trabajar incluidas en la agricultura de conservación”, una amenaza “de la que estamos hablando por culpa de unos falsos ecologistas que ni siquiera saben lo que es una SAT”.

De este modo, la prórroga de diez años en el empleo de glifosato es “imprescindible”, salvo que surjan alternativas, muchas de las cuales pasarían por la modificación de semillas.

“Cuando aparezca otra opción viable la aprovechará el político de turno para aprobarla y quitarse de encima la presión que le supone la campaña contra el glifosato”, vaticina Álvarez, “aunque todo esto es un horizonte muy lejano”.

De esta manera, las autoridades pueden establecer limitaciones en su empleo, “pero lo que está claro es que no se puede prohibir”.

¿Y el consumidor? “El consumidor puede estar tranquilo porque nunca se ha comido alimentos más saludables que los de hoy en día, teniendo en cuenta todos los controles e inspecciones que hay”, recalca el responsable de Agritec Medina.

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Piden una prórroga de 15 años

Fuente de controversia desde hace años debido a los posibles efectos sobre la salud, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) concluyó en su estudio de impacto publicado en julio que el nivel de riesgo del herbicida -para la salud de los seres humanos, animales y medio ambiente- no justifica su prohibición, subrayan desde Asaja.

La última vez en que la UE renovó la licencia del glifosato, la sustancia activa utilizada por el gigante Bayer-Monsanto en el herbicida Roundup, fue en 2017.

Lo hizo entonces por un periodo de 5 años (prorrogado un año más hasta 2023), tras una larga y complicada tramitación política debida a la oposición que suscitaba la propuesta, que fue aprobada con el voto en contra de Bélgica, Grecia, Francia, Croacia, Italia, Chipre, Malta, Austria y Luxemburgo.

En 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a alertar sobre los riesgos cancerígenos de la sustancia, aunque un informe de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA en sus siglas en inglés) concluyó dos años después que no hay evidencias científicas como para clasificarlo como “cancerígeno, mutágeno o tóxico para la reproducción”.

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