La empresa con sede en Medina del Campo se ocupa de la sanidad vegetal de diferentes cultivos
Su gerente y técnico repasa cómo ha evolucionado el sector en pocos años y contempla el futuro con optimismo
El viñedo es ahora uno de los motores de la comarca
El periplo desde niño de Claudio del Brío (Fresno el Viejo, 1965) para formarse no tiene desperdicio. De familia de agricultores y muy vinculado al campo siempre, el ahora gerente y técnico de Agritec se fue con once años de edad a Cheste (Valencia) para cursar sexto, séptimo y octavo de la entonces EGB. En Gijón hizo BUP y COU. Todo ello con el respaldo económico que daban en aquella época a los hijos de los trabajadores las universidades laborales.
Sevilla fue el lugar en el que logró el título de ingeniero técnico agrícola. Muchos kilómetros y ambientes diferentes, pero el cuarto de ocho hermanos siempre ha llevado consigo la añoranza del ambiente, el paisaje y las labores agrícolas propias de su tierra natal del sur vallisoletano.
Su primer trabajo fue en Agroseguro. “Lo recuerdo con mucha nostalgia. Los peritos, así se les conocía, tenían cierto poder”, cuenta. Ahí fueron sus primeros contactos profesionales con los agricultores. Los compañeros del día a día en la finca y la oficina se convirtieron en amigos, algunos de los cuales siguen hoy a su lado de una manera u otra.
Después, en la escuela taller de Nava del Rey, impartió clases sobre cultivos hortícolas en intensivos para incorporarse más tarde a Asaja como técnico. “Fue una época bonita aquella de finales de los años 80. Era muy reivindicativo entonces el tiempo de la agricultura. Se luchaba por muchos asuntos candentes, como por la remolacha que era el sustento de las familias”, explica mientras gesticula y esboza una sonrisa que denota mezcla de satisfacción y orgullo.
Tiempos diferentes
“Lo recuerdo porque defendíamos a los agricultores de manera permanente y en el día a día, como en los asuntos de la fábrica Santa Victoria y la remolacha de aquella época. Ahora los sindicaros agrarios se tienen que ocupar más de los temas administrativos”, señala Del Brío.
La remolacha es el cultivo que le sirve al experto de Agritec para ejemplificar la tremenda evolución que han experimentado el trabajo y la rentabilidad agrícola en los últimos decenios. “La monogermen pildorada y la mecanización lo han cambiado todo en solo 20 años. En ese tiempo hemos pasado de producir 50 toneladas a 150”, respalda con datos.
A principio de la década de los 90 se interesó más en los fitosanitarios. Tanto que, con Marcelo Álvarez, puso en marcha Agritec Medina. La empresa especializada en sanidad vegetal tiene sede en Medina del Campo. Las soluciones para plagas y enfermedades era lo que más estaba cambiando en beneficio de los cultivos. Bayer les dio la concesión para la comarca.
“Fue por curiosidad y tradición. Me atraía mucho. Aprendes todos los días; si te duermes un año estás perdido. O funciona todo o no funcionas”, advierte. Disponen de productos de BMS, Sipcam, Adama y otras marcas, además de abonos líquidos de Fertifluid.
Ahora gran parte de su trabajo está vinculado al viñedo, “que es el rey en la zona”. Agritec actúa como empresa de servicios para aplicar los tratamientos. La patata es también importante entre sus clientes. La cebolla y el maíz dulce tienen menos superficie.
“Los clientes son tus amigos. Te encargas de la sanidad de tus cultivos; es una relación como la de médico y paciente. Procuramos darles siempre seguridad y confianza”, recalca. Del Brío es optimista respecto al futuro de la agricultura, pero considera necesario gestionar mejor el agua para el riego e introducir cultivos alternativos. “La evolución es importante para el sur de Valladolid”, sintetiza.