Las tormentas volvieron a barrer Castilla y León en la tarde-noche del jueves, dentro de una jornada en la que cayeron 5.025 rayos, según datos de Aemet. La peor parte le ha correspondido a la provincia de Valladolid, con una fuerte granizada en puntos dispares, como Pesquera de Duero, Ciguñuela o Nava del Rey.
En esta localidad de la DO Rueda los daños han sido importantes y se notarán en la producción. Solo en el viñedo de la cooperativa La Granadilla se han visto afectadas más de 30 hectáreas, de ellas una y media de sauvignon blanc y el resto de verdejo.
Algunas de las plantas están afectadas en un 90%, según cálculos provisionales del viticultor Luis Descalzo. En la bodega están pendientes de que los peritos de Agroseguro acudan a levantar acta de los perjuicios.
Ha sido mala suerte para un viñedo que estaba bien presentado, con una planta a la que faltan entre quince y veinte días para la floración, con un racimo que ya se iba definiendo. “El racimo siempre es lo primero que se ve afectado en casos de granizo”, apunta Descalzo. El pluviómetro de la bodega recogió en la tarde-noche del jueves 45 litros, “pero lo peor es que cayeron en veinte minutos”.
En la tarde del miércoles ya había granizado en puntos del valle del Esgueva, y castigó algunos cultivos el jueves en localidades como Villarmentero y Olmos de Esgueva, si bien aún es pronto para hacer un balance de daños, como señala Honorato Calleja, presidente de la cooperativa Valle Esgueva.
En Sardón de Duero granizó el jueves, pero dentro del municipio ha habido fincas en las que no hubo piedra. Christian Rei, director técnico de la bodega Quinta Sardonia, destaca que en 48 horas han caído 40 litros de agua, “y después ha seguido lloviendo”. Pero no ha habido escorrentías ni maltrato a la planta.
En su caso la lluvia ha sido una buena noticia, porque a la planta le viene muy bien aumentar la reserva hídrica ahora que le falta poco para la floración, cuando deberá tirar de nutrientes. Eso sí, esta lluvia “llega un poco tarde”, por lo que no ha habido buena mineralización y se notará en las producciones de un viñedo que viene de sufrir mucho en 2017.
En la Ribera del Duero burgalesa no ha habido pedrisco, pero las fuertes lluvias se han llevado por delante plantas de maíz, que en muchos casos ya tenían cuatro hojas.
En Quintana del Pidio, en la misma comarca, el agua ha encharcado los campos después de que cayeran cien litros en una semana, de los que 70 han caído en las dos últimas noches. El viticultor Sergio García apunta que ahora el problema puede estar en la sanidad, “sobre todo por la amenaza de mildiu”, ya que el campo está encharcado y no se puede entrar a tratar.
Más al norte, en el valle del Arlanza, el granizo se dio el miércoles, pero con poca incidencia sobre los cultivos. Elisa Fernández Barbadillo, secretaria de la DO Arlanza, destaca que en la comarca han sido 48 horas de lluvia intensa, pero sin una fuerza que haya afectado a la viña.
El viernes y el sábado habrá tormentas, y desde Aemet se señala que el tiempo inestable se prolongará a lo largo de la semana.
Reportaje gráfico, Sergio García