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Europa inicia la campaña de invierno 2026 con buenas perspectivas

La siembra avanza con solidez en la mayor parte del continente. La sequía continúa afectando a regiones clave del sur y este de Europa, mientras que las lluvias excesivas han frenado las labores agrícolas en ciertos puntos del este continental

La campaña de cosecha 2025 entra ya en su fase final, con la remolacha azucarera como único cultivo aún en recolección, Europa mira de lleno hacia la nueva temporada de cultivos de invierno 2026. La siembra avanza con normalidad en la mayor parte del continente y el establecimiento de cereales de invierno y colza se considera, en general, favorable. De esta manera, Europa inicia la campaña de invierno 2026 con muy buenas perspectivas.

Sin embargo, el arranque de campaña no está exento de desafíos. La sequía continúa afectando a regiones clave del sur y este de Europa, mientras que las lluvias excesivas han frenado las labores agrícolas en ciertos puntos del este continental, según informan desde el Centro Científico de la UE.

Sequía que preocupa en el sur y este de Europa

En Italia central y occidental, las precipitaciones se situaron entre un 25 % y un 50 % por debajo de la media, especialmente en las zonas centrales. Aunque estos déficits han provocado retrasos localizados en la siembra, por ahora no se han reportado impactos considerables sobre el desarrollo inicial de los cultivos.

Una situación más delicada se observa en Hungría oriental y Rumanía occidental, donde la lluvia acumulada apenas alcanzó la mitad de lo habitual. La humedad del suelo es insuficiente para garantizar un establecimiento robusto, por lo que serán necesarias lluvias adicionales antes del periodo de latencia para evitar pérdidas de vigor en los cultivos.

En el ámbito extraeuropeo, la falta de precipitaciones también condiciona el inicio de campaña. En Turquía y Chipre, la sequía persistente de la pasada temporada mantiene bajo mínimos la disponibilidad hídrica, retrasando la siembra, aunque la ventana óptima aún continúa abierta. Por su parte, en el Magreb, la siembra está actualmente en pleno desarrollo, pero la baja humedad superficial podría haber comprometido la germinación en varias zonas agrícolas.

El exceso de lluvia en otros puntos retrasa las labores

Mientras algunas regiones sufren por falta de agua, otras lidian con lo contrario. En el sur de Rumanía y el norte de Bulgaria, las lluvias intensas de comienzos de octubre saturaron los suelos, complicando el acceso a los campos y frenando la siembra. Aunque el clima se ha estabilizado desde mediados de mes, el progreso sigue siendo limitado y la ventana óptima de siembra está próxima a cerrarse.

Las temperaturas suaves registradas en las últimas semanas han condicionado el proceso de endurecimiento invernal de los cultivos. Este avance más lento, combinado en algunos casos con un desarrollo inicial tardío, incrementa la vulnerabilidad a posibles daños por heladas cuando se instalen definitivamente las temperaturas más frías.

Un inicio prometedor

A pesar de estos contrastes climáticos, la mayoría de Europa ha disfrutado de condiciones meteorológicas favorables para el establecimiento de los cultivos de invierno. No obstante, las áreas con precipitaciones por debajo o por encima de la media mantienen la atención de los productores y analistas.

La evolución en las próximas semanas será clave para determinar si las lluvias previstas alivian los déficits hídricos en el sur y este europeo o si, por el contrario, las heladas tempranas pueden afectar a cultivos que aún no han completado su endurecimiento invernal.

El sector agrícola europeo arranca, así, una campaña marcada por un buen ritmo general, pero con la vista puesta en regiones donde la meteorología podría cambiar el rumbo de la temporada.

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