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viernes, octubre 11, 2024
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Las lluvias de hace dos semanas han facilitado el ahorro, pero dificultan controlar los cultivos

La percepción varía: la misma botella puede verse medio vacía o medio llena. Según quién mire. Y lo mismo sucede con el estado actual del campo castellanoleonés. El secano siempre depende de lo que le caiga del cielo. Los regadíos, por el contrario, están diseñados para que sea el agricultor quien aporte el agua a conveniencia. Regar tiene un coste, desde luego, pero también este gasto varía según sea la fuente de energía utilizada. 

José Francisco Fernández, técnico de la comisión de Energía de Ferduero y gerente de la empresa dedicada a la gestión de regadíos iRiego, es tajante: “Al regadío modernizado no le va bien que llueva tanto. Siempre se controla mejor todo cuando es el regante el que se organiza todo, controlando todo el proceso, y más en un año como este en el que hay disponibilidad de agua en los embalses”.

La lluvia de esta primavera ha supuesto un ahorro “muy importante” en la explotación de Diego Hernández en Villarmentero de Esgueva, donde pone remolacha, colza, alfalfa y cereal de regadío. Solo en gasóleo ha ahorrado 15.000 euros en lo que va de campaña para regar 200 hectáreas, sin tener en cuenta la mano de obra que habría empleado para colocar los elementos de riego “ni las correspondientes averías”.

En la comunidad de regantes del Canal de Pisuerga lo tienen todo cuantificado casi al milímetro. El técnico de esta comunidad y de Ferduero José María Medina ha calculado que una explotación cerealista media de la zona -de unas cincuenta hectáreas- ha gastado alrededor de 2.500 euros menos. Este ahorro se refiere a lo que debiera pagar el regante desde el inicio de la campaña de riego hasta ahora, en un año normal, en factura eléctrica y mantenimiento por el uso de los equipos que han estado inactivos.

Los agricultores de los regadíos zamoranos no son la excepción. Los de la comunidad Virgen del Aviso, en Tierra del Vino, arrancan ahora desde principios de mes las bombas para fertilizar el maíz con abono líquido. Algún regante ya se impacientaba por la falta de actividad. De esta forma la diferencia en Virgen del Aviso será sustancial: de gastar los 100.000 euros de un junio habitual a los treinta o cuarenta mil que solo deberán abonar por este. “La zona cara ha empezado a partir del día quince”, señala José Miguel Domínguez, presidente de la comunidad sobre la factura eléctrica contratada.

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