La primavera está siendo fiel a su idiosincrasia y va dejando precipitaciones que el campo castellanoleonés siempre agradece. También, como sucede a menudo, hay tormentas con piedra que dañan sobre todo a los cultivos que ahora están recién nacidos.
Este es el caso, por ejemplo, de lo que pasadas las seis de la tarde sucedió ayer en la localidad de El Carpio, en el sur de la provincia de Valladolid. La nube se ensañó en una franja de terreno que incluyó el casco urbano y las tierras cercanas, que apedreó en un principio para dejar 20 litros de agua por metro cuadrado en la media siguiente. En otros pueblos sucedió algo parecido, como en Horcajo de las Torres. Al otro lado la hipotética línea que marcaría la zona a la que afectó la tormenta solo cayeron cuatro litros.
Todo quedó anegado. Tendrán que pasar varios días sin que llueva más para que el agricultor pueda volver a entrar a la tierra a hacer las labores que toca ahora. Todo apunta a que la cebada sin espigar no ha sufrido daño. Incluso se prevé que la ya espigada tampoco sufra demasiado porque aún no tiene grano. También hay patatas, la mayor parte sin nacer.
Peor paradas resultaron las cinco hectáreas de cebollas recién nacidas que tiene en la zona Miguel Jiménez. Después de la tromba de agua todo era una balsa en la que no se veía nada de ellas. Esta mañana ha podido certificar que la planta estaba maltrecha por el apedreo. “Todo lo que llueva está siempre bien, pero siempre que no caiga piedra”, señala Jiménez.
Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología indican que esta tarde hay posibilidad de tormentas también esta tarde en casi todo el territorio de Castilla y León. Y la probabilidad se incrementa para mañana, entre las doce de mediodía y las seis de la tarde, sobre todo en el centro de la región