La consejera de Agricultura y Ganadería analiza la reacción de su departamento a la situación creada por la sequía y las heladas. Para ella, la respuesta solo puede estar “en contar con un sector fuerte, rejuvenecido y más profesional”
La consejera de Agricultura recibe a la redacción de CAMPO cuando aún no se conocen con detalle las consecuencias de una meteorología endiablada. También con unos presupuestos recién presentados.
-¿Qué medidas se han adoptado ante las pérdidas que van a sufrir agricultores y ganaderos?
-En primer lugar hay que ver cuál es el efecto real de la sequía, para lo que todavía es algo pronto. A partir de ahí debemos conocer el nivel de apoyo al productor por parte del Mapama. Hablaremos con las entidades financieras y pondremos sobre la mesa las medidas que sean necesarias para que el agricultor que lo necesite disponga de liquidez para abordar la próxima campaña.
Debemos trabajar para paliar la situación creada por la meteorología pero, más allá de esto, estamos ante una ocasión para poner sensatez en el sector. Por desgracia no es la primera vez ni será la última que nos encontremos con una situación como la de este año. Por eso debemos poner en marcha medidas estructurales que permitan al agricultor trabajar con tranquilidad al margen de las medidas que se puedan adoptar en un momento dado.
-Estamos hablando de un sector amplio, complejo. De los ingresos de muchas familias. ¿Cómo empieza a construirse ese edificio?
-La clave en esas medidas estructurales de las que hablamos es la política de seguros: para tener cubierta su cosecha el agricultor debe contratar un seguro, y estamos analizando con atención por qué no usa esa herramienta el 100% de los profesionales. Y es que solo contrata seguro la mitad de los agricultores y ganaderos de Castilla y León, diez puntos porcentuales por encima de la media nacional.
-A pesar de que existen subvenciones.
-Pues sí. La Comisión Europea permite financiar el 65% de las pólizas y el Estado ya llega a ese tope, de modo que la subvención está cubierta.
Dicho esto, la consejería incrementa en un 50% la partida dedicada a los seguros agrarios, hasta 6,8 millones de euros. Este año incrementamos la subvención a algunas líneas, como en cultivos extensivos.
Hay que tomar el toro por los cuernos y buscar una solución: que cuando se dé una situación similar el agricultor esté cubierto y no dependa de la voluntad del ministerio, de la consejería…
Dicho esto, si ya se ha calculado que el coste del seguro supone apenas el 10% de las ayudas directas de la PAC, algo tiene que suceder para que se contrate tan poco.
-¿Quién está realizando el diagnóstico al que se refiere?
-Se ha creado una comisión de trabajo sobre esta materia, en la que están representadas las organizaciones agrarias, la Consejería de Agricultura y Ganadería, Agroseguro y Enesa. Cuando hayamos realizado el diagnóstico adoptaremos las medidas necesarias para que la próxima vez el sector esté protegido. Estamos viendo que se dan algunas paradojas en relación con el seguro.
-¿Por ejemplo?
-En los años en que había más apoyo financiero había menos aseguramiento, de modo que hay detrás algo más profundo que el quererse ahorrar la prima: algo cultural. Además, hay que analizar por qué en provincias como Soria se asegura el 85%, mientras en otros territorios no se llega al 20%, tratándose del mismo seguro y del mismo cultivo. Aunque es cierto que, en función del lugar, incide la percepción del riesgo para la cosecha. Pero hay que analizarlo en profundidad.
-Estamos ante una situación en la que algunos agricultores podrían dejar de cobrar la PAC.
-Es cierto. Hemos pedido a la Comisión Europea que nos autorice a no cumplir los requisitos previstos en la PAC y en el PDR de Castilla y León: que se elimine la obligatoriedad de determinados requisitos en relación con casi todas las líneas de la PAC. Es más, pedimos que aunque el profesional no haya cultivado reciba las ayudas. Estamos hablando de una media de 13.000 euros: mil millones en ayudas para poder abordar la próxima campaña.
-Parece que el sector agrario siempre está ‘a la intemperie’, pendiente de las crisis que están por venir…
-El nuestro es un sector potente, y que ha recibido el respaldo de la administración cuando ha habido una coyuntura negativa, como en el caso de la crisis ganadera o con la creación de la plataforma del vacuno de leche, cuyas conclusiones se van a presentar en breve plazo.
Se trabajó mucho, por ejemplo, en relación con los topillos, con un esfuerzo muy grande para que nos aprobaran a nivel nacional el plan fitosanitario.
Estas experiencias nos demuestran que las medidas estructurales que adoptamos no tienen efectos palpables a corto plazo, pero sí benefician al productor más adelante. Hay fenómenos en los que no podemos intervenir, como la sequía, las heladas… La respuesta solo puede estar en contar con un sector fuerte, rejuvenecido y más profesional.
-Hablemos del presupuesto, cuyas líneas maestras se están conociendo.
-Los presupuestos que hemos presentado ascienden a 1.361,4 millones de euros. Excluyendo las ayudas de la PAC, el presupuesto crece un 7,7%, lo que supone 31,1 millones más. Es la tercera consejería que más ve crecer sus cuentas, lo que se verá en los grandes objetivos, como la incorporación de jóvenes, cuya partida se incrementa hasta los 33,3 millones de euros, que van directamente a ellos. Además, crece el anticipo de las ayudas hasta el 50%. Y hay otro tipo de medidas, como la formación o las facilidades para la instalación.
-Usted ha hablado de un objetivo muy ambicioso: incorporar a 5.000 jóvenes durante el periodo de vigencia del PDR.
-Para lograr ese rejuvenecimiento del sector dispondremos de diferentes líneas de actuación. Una de ellas serán las ayudas a la instalación, que se incrementan hasta los 15,2 millones de euros, con prioridad en el acceso al instrumento financiero: las inversiones que realicen en su incorporación podrán ser apoyadas con préstamos garantizados por la administración autonómica, con independencia de las subvenciones a fondo perdido que reciban para los planes de mejora.
Además, los jóvenes que se han instalado recientemente van a disponer este año de un apoyo específico de la PAC a través de un pago directo que, en su totalidad, asciende a siete millones de euros.
-Esta política no es nueva. ¿Está dando sus frutos?
-Podemos decir que el primer año se incorporaron mil jóvenes al campo, una cantidad muy importante si tenemos en cuenta que fueron 4.000 en el anterior periodo de programación. Todos los jóvenes que cumplían los requisitos han entrado; solo han quedado fuera los que desistían o dejaban la incorporación para el año siguiente.
-Para este año se anuncian diferentes mejoras. ¿Cómo se han decidido?
-Las novedades que hemos introducido parten de lo que nos dicen los agricultores y ganaderos en la calle. Por ejemplo, anticipar el 50% de la ayuda a la incorporación al solicitarla, si se cumplen los requisitos. O que el máximo de ayudas a la instalación ascienda a los 80.000 euros, frente al anterior tope de 40.000. Además, esta ayuda se complementa con facilidades para el acceso al crédito para el resto de la inversión que quiera realizar. De este modo el aval lo ofrece la Junta, y no ya un familiar, al mismo tiempo que los intereses de ese crédito serán menores.
-En todo caso, no llegarán jóvenes al campo si no se produce un relevo generacional…
-Evidentemente. Porque el principal problema para la instalación de jóvenes es el acceso a la tierra, lo que hace obligatorio ese relevo generacional. Por eso mantenemos ayudas como la dirigida a la jubilación anticipada, con una dotación de 4,5 millones de euros. Por cierto, la futura PAC lo deberá contemplar.
-¿Cuándo se publicarán las ayudas a la instalación y, en su caso, modernización de explotaciones de los jóvenes?
-La convocatoria de ayudas a la incorporación de jóvenes y de mejora de sus explotaciones saldrá antes del verano. Las ayudas a la modernización de explotaciones con carácter general se publicarán más adelante. Hemos considerado más operativo que vieran la luz por separado.
-También crecen en el presupuesto las ayudas para mejorar la competitividad de las explotaciones.
-Nosotros no podemos determinar los precios que se pagan al agricultor, pero sí trabajar para reducir los gastos de producción a medio y largo plazo.
En ese contexto hay que situar las inversiones en la modernización de regadíos y la concentración parcelaria. El regadío modernizado puede producir tres veces más, reducir los costes de producción, reducir el consumo de agua en un 20%, contribuye a diversificar los cultivos… De hecho, es un hecho el que en las zonas de regadío hay más población. Su importancia no es solo económica.
-Otro capítulo que aumenta es el presupuesto en investigación.
-Porque es un área de trabajo que supone numerosos beneficios para el sector. Permite avances en diferentes campos; desde la reducción del uso de fitosanitarios hasta la puesta en marcha de plataformas como Cartodroid o InfoRiego. Son beneficios directos para el agricultor y para la industria. O como el proyecto para transformar los elementos contaminantes de los purines en fertilizantes, que permitirá al agricultor un ahorro del 30% en los abonos. Por no mencionar los problemas de contaminación por purines en provincias como Burgos, Segovia o Palencia.
-¿Cuál es el grado de ejecución de los presupuestos de su consejería?
-Estamos por encima del 90%. El año pasado quedó por debajo porque no había Gobierno de la nación, y a finales de diciembre se nos transfirieron fondos europeos con meses de demora. Se retrasó la ejecución de determinadas obras, se paralizaron subvenciones…
-El documento de los presupuestos también se refiere a la formación.
-Sí, con una formación orientada a la profesionalización del sector. Vamos a potenciar la formación a la carta, dirigida a las necesidades del campo, tanto del sector primario como del agroalimentario. Se puede dirigir a aspectos diversos, como la gestión de la explotación, la búsqueda de negocio…
Para esa formación a la carta se publicará una convocatoria para que se adhieran aquellas entidades interesadas en participar en ese programa. También pondremos a disposición nuestras instalaciones.
En relación con la formación hay que recordar que hemos convertido las escuelas de capacitación agraria en centros integrados, lo que nos permite hacer una educación dual, en la que el estudiante conoce de primera mano cómo se gestiona una explotación agraria.
-Se aprecia una política clara en favor del regadío.
-Hay que apostar por los regadíos y debemos decir que es la primera vez que existe una planificación estratégica, con un estudio económico, un análisis de impacto ambiental… Gracias al trabajo desarrollado por la consejería se han constituido comunidades de regantes en sitios donde parecía imposible. Por ejemplo, en la provincia de Palencia se han creado dos de estas entidades.
En aguas superficiales existe una vinculación con el plan hidrológico, y tenemos presupuesto para cubrir hasta el año 2023.
-Pero usted conoce la situación creada en relación con las aguas subterráneas…
-El problema de las aguas subterráneas es histórico, muy complejo, y está sin resolver. Todo nuestro planteamiento está enfocado a que se constituyan las comunidades de usuarios de aguas subterráneas, que son una figura fundamental. En ese sentido podemos aprovechar la experiencia de otras comunidades autónomas.
-Como usted dice, una cuestión compleja.
-Nos hemos encontrado ante un panorama desordenado, con regantes que extraen más agua de la autorizada, o que riegan suelos que no son los recogidos en la concesión.
Debemos poner orden en todo esto y aprovechar el agua del mejor modo posible para beneficiar al mayor número de agricultores. Insisto en que hay que constituir las comunidades de usuarios, para lo que la consejería ofrece sus servicios técnicos.
-¿Han hablado de las sanciones con la CHD?
-Hemos hablado con los responsables del organismo para eliminarlas o minimizarlas en lo que sea posible. Sobre todo en aquellos casos en que el titular del pozo tenga una autorización, aunque ese organismo considere que no es una autorización suficiente. Hay que analizar los pozos que no cuentan con autorización y darles una salida.
Otro problema es el agua de la que disponemos. Debemos velar por el estado de los acuíferos y estudiar cada caso para ver si se pueden modificar las autorizaciones.
-A la vista del documento de presupuestos, se ve que el cooperativismo sigue siendo una reivindicación de la consejería que dirige.
-Todo lo que sea agrupar a los productores para trabajar nos parece positivo, y por eso aumentamos las ayudas para promover el cooperativismo. Este año el cooperativismo contará con más apoyo. Son tres millones de euros para fomentar esta forma de asociación, con el objetivo de contar con un sector más fuerte y organizado. Y déjeme recordar que desde el pasado mes de septiembre contamos con una regulación específica, que desarrolla la figura de Entidad Asociativa Agroalimentaria Prioritaria de carácter regional.
-Donde no ha habido éxito ha sido en la interprofesional de la patata…
-No tenemos una interprofesional porque los agricultores no han querido. Los profesionales deben decidir quién los debe representar. En su momento pareció una buena opción que fueran Urcacyl y las organizaciones agrarias, pero los agricultores no han dado su apoyo a la candidatura conjunta que se elaboró.
-Algo que está muy claro es el grado de profesionalidad; la calidad del producto. ¿Qué papel le corresponde a Tierra de Sabor?
-Hay que lograr que se conozcan los productos de Castilla y León, que cuentan con una calidad muy elevada; hay que recordar que disponemos de 66 figuras de calidad.
Pero la mayoría del tejido productivo está formada por pequeñas empresas con poco volumen y escasa capacidad de comercialización. Por eso Tierra de Sabor debe ser la marca de los agricultores y ganaderos de Castilla y León con la que lograr una mayor comercialización y un mejor posicionamiento en el mercado. Por eso en este capítulo se aumenta el presupuesto en un 50%, que incluye apoyar a las figuras de calidad y favorecer la comercialización.
Entre otras cosas, yo destacaría que el informe Nielsen nos da una posición muy ventajosa en relación con la venta por internet. Hay que aprovechar ese tipo de oportunidades.
-A Tierra de Sabor le han crecido ‘submarcas’. ¿A qué responde esa segmentación?
-Al segmentar el corazón amarillo se busca una mayor aceptación por parte de los que buscan lo ecológico, la presencia de nutrientes saludables, la responsabilidad social de la empresa que elaboradora o la especialización, en el caso de Tierra de Sabor Gourmet.
Este último sello ha sido muy importante para nosotros porque veíamos que las empresas de mayor calidad no estaban en Tierra de Sabor. Son empresas diferentes y por tanto requieren un marco diferente, sin dejar de lado a las demás.
Han sido los restaurantes con estrella Michelin o dos soles Repsol los que han elegido los primeros diez productos, de modo que han escogido entre los alimentos que empleaban en sus cocinas.