Las principales comarcas vitivinícolas de Castilla y León verán incrementada su superficie de producción gracias a las plantaciones autorizadas para esta primavera. Entre abril y mayo se realizarán las plantaciones en la Denominación de Origen Ribera del Duero, donde se ha aprobado la ampliación en 950 hectáreas para este año. Esta cifra deberá sumarse, por tanto, a las 23.205 hectáreas amparadas en la actualidad, que son propiedad de 8.148 viticultores inscritos en el consejo regulador.
Algo más madrugadora será la Denominación de Origen Rueda, que el año pasado redujo a prácticamente cero la ampliación de superficie. En concreto, el Bocyl publicó la decisión del consejo regulador por la que se autorizaba apenas una hectárea de nuevas plantaciones.
Pero esto no significa que se detenga la actividad de plantación en esta comarca repartida entre Ávila, Segovia y Valladolid, puesto que hasta el pasado 15 de noviembre se presentaron numerosas solicitudes, que se aprobaron en gran medida. Así lo matiza el responsable de Viticultura de UCCL, Ignacio Martín.
La decisión de detener el crecimiento de la denominación, que el año anterior había aumentado en 1.411 hectáreas, era una reclamación tradicional de los viticultores. “Cuándo íbamos a tomar la decisión? ¿Cuando el precio de la uva estuviera por los suelos?”, se pregunta Martín. La única pega es que el Consejo Regulador de la DO “adoptó la decisión de forma precipitada y sin tener en cuenta la opinión del sector”, recuerda.
En el fondo, esta decisión tiene mucho que ver con el precio de la uva y el vino. Por aplicación de la ley de la oferta y la demanda, a más volumen en el mercado menor será el precio que se obtiene por este producto.
El año pasado Cuatro Rayas, una de las referencias de la comarca, pagó el kilo de verdejo a 85 céntimos a sus socios…
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