Aitana Sánchez
A escasos días de que comience la vendimia, el viñedo se encuentra “sano y frondoso”, con reservas hídricas para un buen desarrollo de la uva y una buena maduración, pues las lluvias pasadas han refrescado la hoja y la uva, ayudándola a terminar de madurar.
Desde el Consejo Regulador de la D.O. Cigales esperan una buena añada, tanto en producción como en calidad, pero el tiempo de los meses de agosto y principios de septiembre marcará definitivamente tanto la maduración como la producción.
Águeda del Val, directora técnica delCRDO Cigales,expresa que el inicio de vendimia será a principios de septiembre, pues la calidad de la uva actualmente es “muy buena”, al igual que su estado sanitario, ya que no existe ningún tipo de enfermedad.
Desde el Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Duero se enfrentan a una campaña muy parecida a la del año anterior en determinados aspectos y que ha comenzado con “mucha prisa”. Los datos que manejaban en el mes de abril desvelaban que el viñedo estaba con unos ocho o nueve días de adelanto en su desarrollo fenológico con respecto al año anterior, según el director técnico de laD.O. Ribera del Duero, Alejandro González Jiménez.
Los meses posteriores, sobre todo el mes de junio, han provocado que ese ciclo se haya ido igualando poco a poco. Los últimos datos oficiales que se manejan son del 30 de junio y, en ese momento, la diferencia era solamente de entre cuatro y cinco días. Desde Ribera del Duero esperan que el ciclo se iguale por cómo está viniendo el mes de julio y también que las fechas de comienzo de vendimia ronden las del año anterior: finales de agosto o primeros de septiembre.
A pesar de que las heladas de los meses de abril y de mayo provocaran un “daño considerable” en determinadas zonas, la sanidad de la vendimia será muy positiva en líneas generales, según González Jiménez, exceptuando en esas zonas donde sí que ha podido verse más afectada.
Como relata, se están desarrollando en unas condiciones higiénicas “muy buenas”, donde no ha habido alertas sanitarias por enfermedades fúngicas. “Es muy difícil que un problema sanitario o fúngico pille desprevenido al sector porque, por los medios de previsión y de aviso de los que se dispone, normalmente se suele llegar a tiempo a este tipo de problemas”.
Desde la D.O. Ribera del Duero esperan que sea una vendimia “excelente”, una vez más, porque la uva está madurando bien, lentamente, y se están produciendo las condiciones de variaciones térmicas entre el día y la noche, que son fundamentales para que el proceso de maduración se complete perfectamente.
El director técnico de la D.O. Toro, Santiago Castro González, afirma quela situación del viñedo se encuentra en envero, cuando cambia el color de las uvas y empieza la maduración.
Según la situación actual y si no varía hasta vendimia, Castro asegura que habría una semana de adelanto respecto del año pasado, que empezó el 24 de agosto con la variedad blanca malvasía castellana.
En principio, si se produjera la recolección individual, la de moscatel de grano menudo y albillo real (variedades blancas) se empezaría sobre el 15 de agosto y la uva tinta de toro se prevé para el 24-25 agosto.
El director técnico de D.O. Toro también califica de “excelente” la calidad de la uva y sin ningún problema de hongos o enfermedades. Con todas estas circunstancias, desde Toro se espera una producción ligeramente por encima de la media (18,5 millones). “Estaríamos hablando entre 21 y 24 millones”, detalla.
La D.O. Rueda coincide con el resto de denominaciones de origen, al confirmar que la añada va a venir condicionada por el agua en otoño y en invierno, el calor extremo en abril, las tormentas de mayo y junio, las importantes diferencias térmicas en verano entre el día y la noche, algo que ayudará mucho al proceso de maduración.
Como comparte Santiago Mora, director general de D.O. Rueda, la calidad de la uva es “máxima” gracias al trabajo de los viticultores y su experiencia en este tipo de situaciones. En general, en D.O. Rueda se encuentran “contentos” con la evolución de la viña, aunque también “expectantes” y “nerviosos”, algo habitual en la época.
