spot_img
spot_img

spot_img
InicioViñedo¿Uva de mesa para diversificar el viñedo en la cuenca del Duero?

¿Uva de mesa para diversificar el viñedo en la cuenca del Duero?

La finca experimental de Perales (Palencia) introduce las variedades Regal Seedless y Victoria

La vendimia 2025 avanza en Castilla y León con bodegas y viticultores volcados en la recogida de uva destinada a la elaboración de vino. Sin embargo, en paralelo a la campaña vinícola, se está desarrollando el primer ensayo en la Comunidad de diferentes variedades de uva de mesa como las Regal Seedless y Victoria, una de las cuales es conocida internacionalmente por su intenso aroma y su sabor que recuerda al algodón de azúcar.

El proyecto se desarrolla en la finca experimental de Perales, en Palencia, y persigue un doble objetivo: comprobar la adaptación de esta variedad premium al clima mediterráneo continentalizado de la meseta y explorar posibles nichos de mercado mediante la diferenciación. La uva de mesa apenas tiene presencia en la cuenca del Duero.

Cultivo residual

La importancia de la uva de mesa en la comunidad es marginal. Según el Ministerio de Agricultura, Castilla y León suma únicamente nueve hectáreas y 17 toneladas de producción, repartidas en cuatro provincias: Ávila, Salamanca, Segovia y Valladolid.

El contraste con las cifras nacionales es evidente. España alcanzó ese mismo año más de 300.000 toneladas, con Murcia y la Comunidad Valenciana como motores indiscutibles de un sector que sostiene miles de empleos y es referente en exportación.

Mientras el Levante y el sureste español exportan cada año miles de toneladas a mercados europeos, la producción castellanoleonesa se limita a un consumo estrictamente local. “La uva de mesa aquí no tiene estructura comercial. Se vende en plazas de abastos, fruterías de cercanía o directamente desde la finca”, apunta Beatriz Barcenilla, impulsora y fundadora del CERES Rural Innovation Hub.

En Cebreros (Ávila), la Albillo Real abre cada agosto la campaña de vendimia, siendo la primera uva cortada en la región. Su doble uso —para vino y consumo fresco— mantiene una tradición centenaria.

En la Sierra de Salamanca, pequeños productores ofrecen cada septiembre racimos de mesa en mercados locales. “Vendemos lo que recogemos en cajas pequeñas, frescas del día. No tenemos cámaras de frío ni redes de distribución. Nuestro mercado es el pueblo y la comarca”, explica Aurelio Gutiérrez, viticultor de Pinedas.

Revolución varietal

El sector ha experimentado en los últimos años una transformación profunda impulsada por la innovación varietal. Las variedades apirenas concentran hoy la mayor parte de la producción destinada a exportación.

El programa ITUM, en Murcia, ha desarrollado más de veinte variedades adaptadas al calor, con resistencia a enfermedades y sabores diferenciados. Ahora CERES realiza pruebas con uvas con perfiles organolépticos novedosos: desde notas tropicales hasta matices que recuerdan a fresa o frutos rojos.

La investigación trata de dar respuesta a un mercado en el que el consumidor demanda cada vez más uvas premium, con textura crujiente, calibres grandes y sabores sorprendentes. En este contexto destaca la Cotton Candy, una variedad que ya se produce en Murcia y Alicante y que ahora llega a Castilla y León en fase experimental.

Variedades como Regal Seedless fue desarrollada en California y se ha consolidado como una de las variedades más demandadas del segmento gourmet. Sus características la diferencian claramente: sabor dulce con matices que evocan al algodón de azúcar, aroma intenso y reconocible, textura crujiente y bayas de gran tamaño.

En mercados como Estados Unidos y Reino Unido se comercializa a precios muy superiores a las uvas convencionales. En España, ha encontrado en Murcia su principal centro de producción, orientado casi en exclusiva a la exportación.

La novedad es que, por primera vez, Castilla y León ensaya con esta variedad. “El objetivo no es competir en toneladas, porque eso sería imposible”, explica un técnico vinculado al ensayo de Perales. “Se trata de comprobar si podemos entrar en el mercado por la vía de la diferenciación, ofreciendo un producto singular que responda a la demanda del consumidor actual”.

El ensayo en Palencia

La finca experimental de Perales busca evaluar la viabilidad de variedades como Regal Seedless y Victoria en condiciones muy diferentes a las del Levante español. Los técnicos analizan tres variables críticas: la resistencia a las heladas primaverales, la adaptación al déficit hídrico y a la baja humedad ambiental, y la capacidad de maduración en otoños tempranos que suelen acortar el ciclo productivo.

“Es un proyecto con valor estratégico”, señala Beatriz Barcenilla. “Si conseguimos que esta uva prospere aquí, Palencia se situaría como pionera en la producción de variedades especiales en Castilla y León”.

Oportunidades

Pese a las limitaciones, existen oportunidades claras para Castilla y León. El mercado gourmet ofrece un nicho en el que consumidores están dispuestos a pagar por uvas singulares. El enoturismo puede integrar degustaciones de uvas premium en rutas del vino y visitas a viñedos.

La producción sostenible vinculada a prácticas regenerativas o certificaciones ecológicas añadiría valor. Y la creación de una marca regional podría posicionar a Castilla y León como origen de uvas premium de baja escala y alta calidad.

“Tenemos que pensar en clave de diferenciación, no de volumen”, resume un agricultor joven de Valladolid. “El futuro está en productos que sorprendan y que transmitan identidad territorial”.

CERES colabora con empresas biotecnológicas y agricultores en la implantación de prácticas regenerativas que podrían resultar decisivas para la consolidación de nuevas variedades de uva de mesa en la región.

NOTICIAS RELACIONADAS
spot_img
spot_img
spot_img