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sábado, septiembre 27, 2025
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¿Será 2025 un buen año para el secano?

El cereal ha llegado en buen estado al ahijamiento en las grandes zonas productoras. La excepción sigue en ese tercio oriental donde sigue sin llover. El nitrógeno ya se aplica de forma generalizada

Ricardo Ortega

Las lluvias siguen siendo protagonistas de la actualidad. Nos hemos adentrado en el mes de marzo después de un febrero de temperaturas suaves y lluvias intermitentes en gran parte de España.

Se respira cierto optimismo en el ambiente, que se traduce en un mayor gasto en las coberteras, según los fabricantes. Agua, nitrógeno y una temperatura adecuada han hecho que el cereal haya ahijado bien en amplias zonas productoras.

Ahijamiento e inicio del encañado en muchos municipios de Andalucía. En la provincia de Sevilla el cereal más sembrado es el trigo duro. Las parcelas más adelantadas están en la fase entre fin de ahijado y comienzo de encañado. Se están terminando de aplicar las últimas coberteras y en cuanto la climatología lo permita se comenzarán a distribuir los primeros herbicidas.

De las 91.000 hectáreas de cereal de la provincia de Cádiz, algo más de la mitad son trigos duros, mientras que los triticales son casi el 16%. En esta provincia las siembras se han prolongado hasta primeros de enero. Las lluvias y las bajas temperaturas de diciembre y enero le han venido bien al cultivo, que ha desarrollado bien la raíz.

La planta ha registrado un ahijamiento correcto y un buen desarrollo vegetativo. Las únicas incidencias han venido dadas por algunas resiembras, obligadas por el exceso de lluvia.

Se ha detectado una presencia muy leve de plagas.

Hay mosquito del trigo, pero sobre todo se ha detectado la presencia de pulgones en las parcelas más tempranas. En las más adelantadas, con mayor desarrollo foliar, se observa la presencia muy leve de septoria, principalmente en las hojas basales. Si continúan las lluvias y las temperaturas suaves el agricultor deberá estar atento al desarrollo de estas y otras enfermedades.

Hay gusano de alambre en la mayoría de las parcelas de la provincia de Córdoba. En los análisis realizados se ha detectado una media del 1’11% de plantas muertas, aunque la media más elevada se ha alcanzado en la Campiña Baja Central, con 1’42% de plantas muertas.

Al mismo tiempo, en el Duero los cereales más tempranos están muy avanzados en su proceso de ahijamiento. Como otros años, los primeros en ser sembrados son los que registran una mayor presencia de hongos, pero de forma global estamos en un buen punto de partida. Igual que en Castilla-La Mancha, donde las condiciones favorables de humedad y temperatura, además de las coberteras, “han cambiado la cara a los campos”, destaca el agricultor José Ramón Díaz de los Bernardos.

Más superficie de maíz

Hay zonas de León en las que quedan parcelas de maíz por recoger. Son por lo general fincas en las que se sembró más tarde y en las que no han podido entrar las cosechadoras por culpa de la lluvia. Aunque la calidad del grano no peligra, “cuanto más tiempo pase la planta a la intemperie más kilos por hectárea pueden perderse porque alguna planta se cae, los pájaros se alimentan de las mazorcas…”, resume Luis de Juan, de LESA.

La información que manejan las casas de semillas parece apuntar a un mantenimiento de la superficie de maíz en España. En la principal zona productora, la provincia leonesa, la superficie de cultivo puede crecer ligeramente.

A ello contribuirá la ampliación de los regadíos en la zona de Payuelos, aunque el agricultor también premia la eliminación de trabas, como la obligación de rotar que imponía la PAC hace apenas dos años. En otros regadíos, como en las provincias de Valladolid o Salamanca, tampoco se prevé que caiga la superficie de maíz.

A la vista está, además, que hay pocos cultivos que ofrezcan una alternativa rentable al maíz. No es el caso desde luego de la remolacha, que se ve perjudicada por un precio internacional del azúcar que se ha desplomado. El precio del maíz, por su parte, se mantiene en niveles algo bajos, pero estables, lo que aporta cierta seguridad al agricultor. Se saldrá de dudas a partir del 15 de marzo, cuando haya quien se decida a sembrar los primeros ciclos largos.

Menos colza

La superficie de colza de secano ha caído ligeramente en Castilla y León, la principal comunidad productora. “Hemos pasado de no tener humedad a no parar de llover”, subraya Fernando Garrachón, Crops Manager de Lidea, que lamenta estar en un año “raro”. En todo caso, el agricultor de colza tuvo que realizar parones en la siembra. “Estos parones, producidos por las precipitaciones del otoño, han generado que haya por lo general buena implantación”, señala.

También ve la botella medio llena César Álvarez, técnico de Oleokelsa, para quien “se ha sembrado menos que otros años”. “Pero lo sembrado está correcto”, recalca. “No hay problemas ni de nascencia, ni de heladas, ni de sequías”.

Un girasol competitivo

Tanto el precio actual de la colza como el del girasol hacen que estos cultivos se perciban como más rentables que el cereal. La superficie de pipa ha entrado en una fase de estabilidad y el año pasado descendió apenas el 1,3% en España, hasta las 767.074 hectáreas.

La principal caída se dio en Andalucía (-4,7%) donde al continuo incremento de olivar superintensivo se le unió una mayor siembra de leguminosas. Castilla y León, en cambio, se consolida como la región con mayor superficie. Supone más del 47% del total, con 365.190 hectáreas el año pasado. Por su parte en Castilla-La Mancha, la otra gran región productora, el cultivo creció ligeramente con un 2,2%.

También en este cultivo la humedad del suelo es un buen punto de partida para las siembras de 2025.

La temperatura media de febrero estuvo 1,5 ºC por encima de lo normal. Las precipitaciones alcanzaron únicamente el 66% de su valor promedio en los últimos años. Fue un mes seco en casi toda España, excepto en zonas del norte peninsular y Baleares, según el balance ofrecido por Aemet.

Enero ya había sido más cálido que la media, con 1,4 grados por encima de lo habitual. En ese mes, por cierto, cayeron 88 litros por metro cuadrado: un 36% más de lo normal a esas alturas de año.

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