Ricardo Ortega
Las primeras cosechadoras han entrado en funcionamiento en el sur de Castilla y León, con unos resultados que vienen a confirmar los pronósticos.
Son tan pocas las hectáreas cosechadas que resulta imposible dar cifras, con unas labores que avanzan despacio por culpa de las tormentas.
En Madrigal de las Altas Torres (Ávila) ha habido secanos de 700 kilos por hectárea, con muchas parcelas que ni siquiera se cosecharán; la planta está demasiado baja y las espigas son poco prometedoras.
Muchos agricultores están esperando a que lleguen los peritos de Agroseguro para cobrar el seguro de rendimientos.
También en el suroeste de Valladolid se avanza a paso lento. En El Carpio, Víctor Arribas cosecha para terceros y apunta a bajos rendimientos, pero con alguna sorpresa que puede recordar a lo sucedido en 2017: algunas cebadas están dando un peso específico mayor de lo esperado. El grano no está afectado por las tormentas.
Víctor también ha cosechado algunas parcelas de regadío, con resultados que oscilan entre los 5.000 y los 7.000 kilos por hectárea.
En cualquier caso, destaca que estamos ante un mal año, dados unos pobres rendimientos y teniendo en cuenta los gastos de producción y los precios que están fijando los mercados. “La cosa no pinta bien”, concluye.