A pocos días de la siembra de colza conviene no perder de vista algunas líneas maestras para obtener, al menos, una buena nascencia.
Empezar de forma adecuada nos pondrá en una posición inmejorable con vistas al invierno y nos acercará a unos buenos rendimientos
Servicio Agronómico y de Cultivos de Acor
La siembra de la colza es una de las primeras que se suceden en las semanas próximas y el Servicio Agronómico y de Cultivos de Acor define una serie de conocimientos básicos respecto al cultivo. Estas líneas maestras son una buena referencia para obtener, al menos, una buena nascencia y en principio unos buenos rendimientos productivos y económicos que puede dar una parcela de cultivo.
1. Destaca la importancia de haber establecido una rotación adecuada con el fin de evitar que se presenten casos de fitotoxicidad debido a residuos de herbicidas empleados en el cultivo anterior, sobre todo los utilizados para hoja ancha en el cereal precedente y que pueden provocar retraso del cultivo o incluso muerte prematura.
2. En cuanto a labores previas, puede ser interesante y conveniente una labor de subsolado ante posible suela de labor en aquellas parcelas procedentes de monocultivo. Esta labor no tendremos que volver a realizarla con la introducción de colza en la rotación. La labor con el rulo (en caso necesario) se debe hacer con suelo seco y siempre antes de sembrar.
Si se hace después de sembrar la compactación del suelo sobre la semilla y su hundimiento debido a piedras o terrones es mayor, reduciéndose la emergencia.
3. Utilizar dosis de siembra generosas aumenta la probabilidad de implantación del cultivo y no conlleva una variación significativa de los rendimientos, además de ayudar a una mejor lucha contra las malas hierbas.
Si realizamos dosis de siembra inferiores a las recomendadas frente a distintas adversidades haremos que la probabilidad de implantar el cultivo se reduzca de forma importante. Cuando hay semilla suficiente, la germinación en la línea de siembra rompe la costra con más facilidad favoreciendo la emergencia y aumentando la probabilidad de implantación.
Se recomiendan las siguientes dosis:
• Secano: 1,5 – 2 millones de semillas/ha.
• Regadío con variedades híbridas: 0,75-1 millones de semillas por hectárea.
• Regadío con variedades líneas: 1,25-1,5 millones de semillas por hectárea.
4. Deberemos aplicar los abonos recomendados y a las dosis establecidas para no tener una merma en el rendimiento final. Sirva como referencia el cuadro de la página siguiente.
El abonado de fondo es importante puesto que necesitamos un buen desarrollo vegetativo para llegar a la parada invernal en un estado de al menos 6-8 hojas verdaderas para que el cultivo no se vea comprometido por heladas fuertes. Este desarrollo otoñal repercutirá además en un mayor almacenamiento de reservas, que repercutirán en el rendimiento final.
5. Una alternativa a la aplicación del fertilizante de cobertera en una sola vez consiste en dividirlo en dos aplicaciones:
• La primera, 1/3 del total en forma de sulfato amónico o nitrosulfato amónico a mediados de diciembre.
• La segunda, los 2/3 restantes en forma de nitrosulfato amónico a final de enero o principios de febrero.
De esta manera, el cultivo saldrá de su letargo invernal con anterioridad e incluso evitaremos que el cultivo no tenga disponibilidad de nitrógeno porque las lluvias invernales nos impidan aplicar la cobertera en tiempo y forma.
6. Debemos tener especial cuidado con la profundidad de siembra, en torno a 0,5 centímetros, y procurar que no pase de un centímetro: a mayor profundidad menor emergencia y comprometemos su implantación.
7. El tratamiento herbicida es un apartado un tanto delicado del cultivo por la baja disponibilidad de herbicidas y su modo de actuación, por lo que el manejo será más fácil en situaciones de regadío. En caso de ser necesaria la aplicación de herbicida antigramíneo habrá que llevarla a cabo en el momento óptimo, de manera que se combine el nacimiento de la mayor cantidad posible de semilla de otoñada con un tamaño de ese cereal que no llegue a ser muy competitivo.
Algunos estudios indican que una otoñada densa compitiendo durante un mes con el cultivo puede conllevar una reducción de la producción de hasta el 35%.
8. Los riegos de nascencia son importantes en la colza de regadío si en la época de siembra las precipitaciones no fueran suficientes y regulares. Tanto o más que los riegos aplicados durante la floración o fase de maduración.
Los riegos de nascencia nos permitirán adelantar la siembra y conseguir una rápida y homogénea emergencia del cultivo, que alcanzará el estado de roseta antes de la llegada de las heladas invernales. En aquellas explotaciones que solo puedan contar con el riego de nascencia es alta-mente recomendable hacer uso de él (siempre en caso de que sea necesario), ya que nos proporcionará una diferencia cuantitativa de producción con respecto al secano.
9. Si hablamos de posibles ataques de insectos, durante la fase inicial del cultivo, hay que estar atento a la aparición de gusano de alambre que pudiera condicionar la implantación de la colza.
Balance de campaña
El 30 de junio finalizó la recepción de colza en Acor en un año bastante positivo en cuanto a rendimientos, con una media que ronda los 2.500 kilos. Las lluvias primaverales y las temperaturas suaves durante la fase de maduración ayudaron al aumento de las producciones, sobre todo en los secanos.
En cuanto a superficies, según el último adelanto del Magrama la superficie ha aumentado ligeramente con respecto al año anterior, rondando las 30.000 hectáreas, superficie que podría haber sido mayor si no fuera por las bajas precipitaciones que se produjeron, en ciertas zonas de la región, al inicio del cultivo y que condicionaron la nascencia del cultivo y su posterior implantación. Además hubo ataques de gusano de alambre que obligaron al agricultor a resembrar fuera de fecha o a la eliminación del cultivo en esa parcela.
Cada vez aumentan los casos de daños de insectos durante las fases iniciales del cultivo, debido a la eliminación de insecticidas a nivel de semilla, por lo que sería conveniente conocer el historial de la parcela para estar preparados ante un posible ataque. Aunque los resultados obtenidos son bastantes satisfactorios, existen situaciones cuyos rendimientos han estado por debajo de lo esperado al estar condicionados por el exceso de precipitaciones invernales, que obligaron a realizar la aplicación del abonado de cobertera con posterioridad a la fecha recomendable y una vez que la planta había salido de su parada vegetativa.
El aumento de ataque de pulgón y las bajas temperaturas nocturnas originaron pérdidas de flor y un mal llenado de algunas silicuas.