Un octubre de meteorología caótica ha dado al traste con una campaña de colza que se preveía muy buena.
En aquel mes unas primeras lluvias animaron a la siembra, pero después el tiempo se volvió seco y ventoso, lo que mató muchas plantas y creó una costra en la tierra imposible de superar por las plántulas.
Las lluvias más contundentes llegaron el domingo 15, superado el tradicional umbral del Pilar, y se prolongaron varias semanas, de modo que ya no hubo tiempo para las siembras de secano.
El resultado es que la colza de regadío ha repetido superficie, mientras las cifras se derrumbaban en la de secano.
En el conjunto de España el conjunto del cultivo ha descendido en torno al 30%, una caída que ha sido especialmente grave en la cuenca del Ebro. Allí la superficie es apenas la mitad que el año pasado. También hay numerosas parcelas afectadas por la meteorología en Extremadura y Castilla-La Mancha.
El valle del Duero, muy irregular
Otra gran zona productora, el valle del Duero, ha visto reducida su superficie en un 25%, si bien son muchas las zonas en las que se habla de normalidad, desde el vallisoletano valle del Esgueva hasta el sur de Salamanca o la comarca del Cerrato, en Palencia.
Eso sí, en la comunidad había provincias que empezaban a apostar de forma seria por la colza de secano, como Burgos o Soria, y son precisamente las que menos agua han recibido en septiembre.
La principal provincia de esta oleaginosa en Castilla y León era Zamora, con 9.885 hectáreas, seguida por Valladolid, con 8.385 hectáreas.
Las siguen provincias como Burgos, con 6.289 hectáreas, León con 6.225 y Palencia con 6.016 hectáreas.
Son las cifras resultantes después de que, en mayo, se pidiera levantar 8.872 hectáreas de colza por problemas de nascencia o implantación.
82.500 hectáreas en España
En una primera estimación, y a falta de que se conozcan las declaraciones PAC, España puede contar ahora mismo con 82.500 hectáreas, de las que unas 33.000 estarían en Castilla y León.
En 2005 apenas se sembraban 3.500 hectáreas en toda España, mientras que en 2019 la superficie ya rozaba las 80.000 hectáreas (el 67% en secano y el resto en regadío), con presencia en todo el país y de manera muy destacada en Castilla y León (gracias sobre todo a la cooperativa Acor), Cataluña, Andalucía y Castilla-La Mancha.
En cuanto al cultivo, ya se han producido las primeras heladas en la mitad norte de la península y la planta ha llegado con un desarrollo suficiente.
La sanidad es buena y en las oficinas de Agroseguro no hay constancia de incidencias. La planta dispone de ‘bodega’ para pasar el invierno y la primavera, de modo que las perspectivas para el cultivo implantado son buenas.
