La colza, gracias a su sistema radicular, es capaz de soportar periodos de estrés hídrico con mayor facilidad que otros cultivos con raíz fasciculada, pero la falta de precipitaciones antes y después de floración va a afectar a la producción de Castilla y León, tal y como sostienen los profesionales del sector.
Además, este año ha llegado una helada tardía que ha terminado de dar la puntilla a los campos que más estaban sufriendo, helando las últimas flores de la colza. A pesar de todo, con su característico poder de autorregulación la colza tratará de expresar el máximo potencial productivo en las extremas circunstancias en las que se encuentra. Además, viendo los mercados los expertos señalan que la colza hará gala de esa rentabilidad de la que presume frente a otros cultivos.
“Las colzas están muy, muy, muy malas”, resume José Crespo, de Cobadu, sobre el panorama que se está viviendo en tierras zamoranas. Por otro lado, en el valle del Esgueva, la colza no tiene mala pinta, aunque habrá que esperar a ver cómo asume las heladas.
“Todos somos conscientes de lo necesaria que es el agua, pero hay momentos críticos en los que es algo más que una necesidad”, como explica el especialista en colza de Monsanto, Anxo Valiño.