“Las colzas están muy, muy, muy malas”, resume José Crespo sobre el panorama en Zamora. En el valle del Esgueva no tiene mala pinta, aunque habrá que esperar a ver cómo asume las heladas.
“Todos somos conscientes de lo necesaria que es el agua, pero hay momentos críticos en el que es algo más que una necesidad”, ratifica el especialista en colza de Monsanto, Anxo Valiño. Y es que la colza, gracias a su sistema radicular, es capaz de soportar periodos de estrés hídrico con mayor facilidad que otros cultivos con raíz fasciculada, “pero la falta de precipitaciones antes y después de floración va a hipotecar en toda Castilla y León nuestra producción”, avisa.
Además, este año ha llegado una helada tardía que ha terminado de dar la puntilla a los campos que más estaban sufriendo, helando las últimas flores de la colza. “Incluso, hemos tenido zonas, como Ávila, en las que las temperaturas han bajado de -5 grados centígrados, dañando también las vainas. Aquí hemos podido observar flores marrones abortadas y vainas vacías”.
A pesar de todo, con su característico poder de autorregulación la colza tratará de expresar el máximo potencial productivo en tan extremas circunstancias. “Dando un vistazo a los mercados y sabiendo que también estas heladas han sido graves en la zona central y este de Europa, creemos que el precio seguirá dándole a la colza esa rentabilidad innegable frente a otros cultivos de secano”, argumenta Valiño.