El viticultor de Fuentelisendo (Burgos) José María Martín atribuye al estiércol compostado buena parte de las virtudes de su viñedo. Castilla y León tiene aquí la fórmula para mejorar la estructura de sus suelos y alcanzar la fertilización eficiente de los cultivos
La agricultura de Castilla y León tiene una asignatura pendiente con la estructura de sus suelos, en los que una proporción muy baja de materia orgánica influye, para mal, en la forma en que los cultivos acceden a los nutrientes.
“Las tierras necesitan aportes de materia orgánica para favorecer el intercambio catiónico, mejorar su estructura y favorecer la retención de nutrientes”, señala el técnico de Abotrans David Grande.
La mejor manera de abordarlo es mediante productos que pasen por un proceso de compostaje y estabilización controlada, “lo que significa que incorporan los nutrientes de forma automática al suelo, estando disponibles para la planta de forma inmediata”, apunta. Es el caso de los productos incluidos en el catálogo de Abotrans, como Biorcamp Premium y Forton, estiércoles de origen animal, ovino y vacuno respectivamente.
La riqueza de esta materia orgánica los hacen ideales para cultivos de huerta, frutales y viña, aunque también puede aportarse al césped. De hecho, Abotrans tiene como clientes a varios campos deportivos profesionales que los utilizan.
100% estiércol de oveja y sin patógenos
Biorcamp Premium es 100% estiércol de oveja compostado e higienizado, libre de patógenos y otros elementos extraños que contiene el estiércol fresco. Su composición es pura y no se le añade ningún otro elemento.
Se sirve en formato polvo y en pellet. El pellet se fabrica en frío, es decir, tras la pelletización pasa por un enfriador que lo atempera de forma natural. No se le aplican ceras ni se le da calor para endurecerlo, “ya que con estas técnicas se pierden muchos microorganismos y se altera la calidad del producto”.
Biorcamp Premium cuenta con la certificación para su uso en agricultura ecológica, certificado expedido por Sohiscert.
Especial para leñosos
Por su parte, Forton es un estiércol de vacuno compostado con resto vegetal de las granjas del entorno y resulta muy recomendable para cultivos leñosos y para la recuperación de suelos bajos en materia orgánica. Su contenido en ácidos húmicos es de 7-9.
Formatos
Ambos productos se sirven en sacos de 25 kilos sobre palet, big-bag (de 500 o de 1.000 kilos) y a granel. Con estos envases se adaptan a cualquier tipo de maquinaria y a las necesidades de cada explotación.
Cuándo aportarlo
“Hemos comprobado, gracias al trabajo de campo realizado por nuestros clientes, que el aporte de materia orgánica en la viña puede hacerse tras la vendimia o bien antes de primavera. Incluso algunos hacen un doble aporte”, recalca Grande.
“Personalmente considero que lo ideal sería hacer dos aplicaciones, la primera entre octubre y noviembre, para dar tiempo a la descomposición de la materia orgánica, y una segunda aplicación en los meses de febrero y marzo, antes de la brotación, para que la planta disponga de los nutrientes”.
Ello porque los productos de la compañía, al estar compostados, “su incorporación y disponibilidad de nutrientes son inmediatas, a diferencia del estiércol fresco, que debe disponer del tiempo adecuado y meteorología óptima para que se descomponga”.
Un poco de historia
El técnico de Abotrans recuerda que hasta los años 70 los agricultores aplicaban a la tierra el estiércol que se generaban en sus propias granjas, “hasta que en los años 80, con la aparición de los abonos minerales, comprobaron que con poca cantidad los cultivos los aprovechaban enormemente, con lo que la materia orgánica quedó en segundo plano. Pero en los últimos años “se han dado cuenta de que cada campaña tienen que hacer mayor aportación de minerales si quieren que el cultivo aproveche los nutrientes, y descubren que es esencial el equilibrio entre la materia orgánica y la alimentación vegetal”.
Cuando cambia el color del viñedo
Coincide con el análisis José María Martín, viticultor de Fuentelisendo, en la Ribera del Duero, quien reconoce que el 95% de su suelo tiene un porcentaje muy bajo de materia orgánica, “y la mejor manera de contrarrestarlo es aportando estiércol”.
Le convence el material compostado de Abotrans, puesto que la ‘basura’ tradicional tiene diferentes pegas, como la presencia de semillas, que en el futuro se convertirán en malas hierbas. “Además, el de Abotrans resulta un abono más económico y más sencillo de trabajar”, señala.
Lo entierra en el suelo del viñedo y, de un año para otro, comprueba que el suelo tiene más vida. Incluso se puede comprobar a simple vista, con mucha presencia, por ejemplo, de lombrices.
“Es evidente que esa mayor vida se traslada a la forma en que se alimenta la viña”, señala, con el resultado de “un verdor más intenso en las hojas”.
En cuanto a las uvas, obtiene “muy buena calidad”. A partir de ellas consigue un vino con cuerpo, de color intenso, y está convencido de que la estructura de la tierra es fundamental para conseguir el producto que desea.