La tarde de este miércoles pasado registró una intensa actividad tormentosa con abundantes precipitaciones acompañadas de pedrisco que afectaron fundamentalmente a cultivos situados en las comunidades autónomas de Aragón, Cataluña y Castilla y León, según confirman desde Agroseguro.
En Castilla y León, se produjeron varios episodios de tormentas con muchísima agua envuelta con granizo que han incidido significativamente en las comarcas de Arlanzón, Pisuerga y Ribera, de la provincia de Burgos. En Valladolid se ha visto afectada la comarca de Tierra de Campos; en Segovia la comarca de Sepúlveda y en Zamora las comarcas de Benavente y Campos Pan. Cereales, cultivos forrajeros, leguminosas y oleaginosas han sido los cultivos más afectados.
En Aragón, las tormentas han sido especialmente virulentas en la provincia de Huesca, donde han ocasionado daños muy importantes en cultivos de frutales, principalmente en los términos municipales de Bellver y Osso de Cinca, en la comarca del Bajo Cinca. También en las comarcas de Hoya de Huesca y Monegros se han sufrido las consecuencias del granizo, donde se han visto dañados los cultivos de cereales de invierno y maíz. Además, en algunas zonas de la comunidad, las lluvias generalizadas se han visto acompañadas de fuerte viento, lo que ha provocado daños en las plantaciones de cereza.
En el caso de Cataluña, en Lleida, y principalmente en la comarca de Urgell, es donde más preocupan las consecuencias de las tormentas. Se trata de una zona con una elevada implantación del seguro de frutales y donde se espera que los daños sean elevados.
En un momento en el que las previsiones meteorológicas apuntan a que la inestabilidad continuará hasta, al menos, la llegada del fin de semana, conviene recordar que los daños ocasionados por estos fenómenos atmosféricos están cubiertos a través de sistema de seguros agrarios combinados.
Actualmente, los peritos ya están realizando las primeras visitas a las parcelas afectadas, por lo que, de cara a la planificación de las tasaciones, es importante que los agricultores remitan los partes de siniestro tan pronto como constaten los daños en sus parcelas.