El convulso panorama internacional no tiene reflejo en la evolución de los mercados, marcados por diferentes elementos bajistas.
A nivel mundial hay un gran stock de maíz, a pesar de que la segunda cosecha no ha sido muy grande en Brasil, por lo que este cereal se encuentra en niveles muy competitivos, con la consiguiente presión sobre el mercado.
Algo similar sucede con el trigo, gracias sobre todo a que Rusia y Ucrania han registrado una gran producción de trigo.
También hay un elemento bajista en la reducción de la demanda de cereal para elaborar piensos. En la UE ese descenso puede ser del 3%.
La proteína ha bajado considerablemente, como en el caso de la soja, que ha caído más de cien dólares en poco tiempo. Y el precio de la energía se mantiene en niveles relativamente bajos.
Mientras tanto, la cosecha ha sido corta en España, pero va aflorando al mercado y se suma al grano de importación, con un importante grado de saturación en los puertos.
Todo ello contribuye a que se incremente el stock de materias primas, con lo que los mercados se van poniendo pesados. Cabe prever nuevas bajadas en los precios.
Incluso, si en España y el conjunto de Europa tenemos una primavera normal, que acompañe a los cultivos, podríamos ver sucesivas bajadas hasta final de cosecha.
