Ricardo Ortega
Había incertidumbre por conocer la evolución de los mercados después de la subida generalizada de la semana pasada, espoleada por el miedo a un recrudecimiento de la escalada bélica en Ucrania.
Este lunes se celebraba la reunión semanal de la Lonja de Salamanca, un buen termómetro para tomar la temperatura a un mercado cada vez más global, por mucho que la provincia castellanoleonesa se sitúa en el interior de la península.
La reunión deparaba una subida generalizada en las cotizaciones de todos los cereales de invierno, aunque con una suavidad muy alejada de la brusquedad anterior a la Semana Santa.
El trigo blando de invierno sube un euro por tonelada y se sitúa en los 221 euros, mientras la cebada sube otro tanto hasta los 212 euros.
La avena también escala un euro en su cotización y se paga a 235 euros, y el centeno por su parte sube en la misma medida y se coloca en los 204 euros.
El triticale, mientras tanto, escala otro euro y alcanza los 209 por tonelada.
En cuanto al maíz, con la cosecha prácticamente terminada, el ‘precio’ se mantiene en los 219 euros.
Por su parte, el paquete grande de paja desciende un euro en su cotización hasta los 158, y en otra familia de productos el garbanzo de tipo pedrosillano se mantiene en los 920 euros la tonelada.
