Ricardo Ortega
Iván Álvarez es socio de Asegrain, compañía especializada en la intermediación en compraventas de materias primas agrícolas.
Es uno de los grandes expertos españoles en el funcionamiento de mercados de futuros y, aunque no posee una bola de cristal, cuenta con el conocimiento -y el instinto- para leer las señales que apuntan los cambios de tendencia.
También es uno de los analistas que comparten sus percepciones desde la edición digital de revistacampo.es.
-Estamos en precios que no dejan de bajar. ¿Qué está sucediendo?
-En poco más de un año el agricultor ha ‘perdido’ más de cien euros por tonelada y la realidad es que en las últimas semanas ha habido pocos cambios en los mercados, con unas noticias bajistas que se han apoderado de la actualidad.
Los grandes fondos de inversión escuchan esas noticias y no prestan atención a las posibles noticias alcistas, puesto que ya han hecho su apuesta.
-¿Vamos a ver cambios a corto plazo?
-Es previsible que se mantenga la tónica actual, con nuevas bajadas, o con repeticiones en el mejor de los casos. Las empresas están cerrando el ejercicio y es muy poco probable que se produzca un cambio de tendencia, para lo que tendría que haber un acontecimiento muy relevante con el que no se contaba.
-¿Lo que llamamos un ‘cisne negro’?
-Sí. Como fue la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Sin algo de esas características no va a haber recuperación en los precios a corto plazo. Había cierta incertidumbre en torno a Brasil; la segunda cosecha será a partir de enero.
En general, podemos decir que los meses de marzo o abril ya pueden ser diferentes.
-¿Se notan las fiestas navideñas?
-Se notan en el sentido de que se sacrifican muchos animales, de modo que la cabaña ganadera es más pequeña, y en los meses siguientes los animales son pequeños, con bajo consumo.
Sabemos que en diciembre y enero hay más oferta que demanda por diferentes cuestiones. Por ejemplo, porque los gestores animan al agricultor a vender por cuestiones de fiscalidad.
También hay factores psicológicos. Detrás de las operaciones hay personas, que funcionan con sus propias dinámicas, y a todos nos cuesta tomar decisiones a principios de un periodo. Por ejemplo, los lunes hay poco movimiento, y lo mismo se puede decir del mes de enero.
-¿Cómo es posible que influya tanto el factor humano?
-Es bien sabido que los humanos nos movemos en función de sesgos. Por ejemplo, uno de ellos nos lleva a pensar que, cuando llega la cosecha, los precios bajan e incluso son más bajos que los de después de cosechar.
Sin embargo, si nos fijamos en los últimos años veremos que el precio en cosecha es más alto que un mes o dos después; la razón es que cuando estamos cosechando no ha llegado a España en grano de las grandes zonas productoras del mundo, que es el que de verdad tira de los precios hacia abajo.
-¿Cuáles son esas grandes zonas productoras que presionan a los mercados?
-A grandes rasgos, nos referimos al este de Europa, el maíz de Brasil o EEUU, o la producción de trigo forrajero del Reino Unido, que se puede emplear en la preparación de piensos. Este trigo británico tiene mucha facilidad para entrar en la península a través de puertos como los de Santander, Gijón o Bilbao.
-¿Debe ser el propio agricultor quien se encargue de vender la producción?
-En mis conferencias siempre digo que el agricultor debe elegir qué gorra se pone: si la de productor o la de especulador, y que conste que el verbo ‘especular’ no es negativo, porque todo el mundo lo hace: vendo el grano cuando creo que voy a ganar más o me compro un piso cuando creo que está más barato.
Dicho esto, el agricultor puede vender su producción en varias veces a lo largo del año, de modo que al final obtenga un buen precio medio. Pero si cree que conoce muy bien el funcionamiento del mercado, con todos los factores que influyen en él, puede dedicarse a especular.
Pero lo que no puede hacer es dedicarse a esa actividad y después, si las cosas le salen mal, quejarse de que los especuladores han hecho que baje el precio de las materias primas.
-¿Entonces…?
-Lo que está claro es que en la evolución de los mercados influyen muchos factores, y que conocerlos lleva muchos años, mucho estudio, y estar muy pendiente de todo lo que se publica en los medios de comunicación de todo el mundo.
