Tras un año desastroso en el que apenas se cosechó en Castilla-La Mancha, los agricultores se enfrentan a esta campaña con una subida generalizada en los costes de producción y precios a la baja en las lonjas.
Se puede dar una buena noticia: que la lluvia a últimos del mes de octubre y principios de noviembre acompañó en casi toda la región. Los agricultores muestran su incertidumbre por la subida generalizada de los costes, precios a la baja en las lonjas y tras unas cosechas, las pasadas, desastrosas por la sequía.
El vicepresidente de Asaja en la región y presidente de la Lonja Agropecuaria de La Mancha, afirma que en los años que lleva en el sector no recuerda un año tan malo como el pasado, que califica de catastrófico, que en muchos casos no se llegó ni a recoger un 15% en comparación con un año normal, y que en muchas ocasiones la cosechadora costaba más que lo que se recogía.
Explotaciones sin rentabilidad
Asaja ha identificado los altos costes de producción, la falta de liquidez, las importaciones de cereales a precios ridículos y las exigencias de la nueva PAC como los principales problemas del sector. La baja rentabilidad del sector y la falta de apoyo de las Administraciones ponen en riesgo la viabilidad de las explotaciones.
Tras una pasada cosecha desastrosa, los cerealistas de la región se han quedado sin liquidez suficiente para costear la campaña de siembra, que este año está marcada por unos altísimos costes de producción como los del gasóleo, las semillas, los fertilizantes o los fitosanitarios y que, tal y como han afirmado los responsables agrarios, “una vez que los precios de los inputs suben, ya no vuelven a bajar”.
Para hacer frente a la crítica situación del sector cerealista de la región, la organización agraria ha trasladado unas propuestas al consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán.
Flexibilización de la PAC
Las propuestas se basan en que los agricultores demandan que se flexibilicen los condicionantes de la Política Agraria Común (PAC), los regímenes ecológicos y los compromisos agroambientales y climáticos en 2024.
Respecto a las ayudas por la sequía la organización ha recriminado que “llegan tarde”, pues ni las ayudas para los cultivos herbáceos de secano puestas en marcha por el Ministerio de Agricultura, ni las habilitadas por la consejería de Agricultura, han llegado a tiempo para afrontar esta campaña de sementera.
Las ayudas son “insuficientes”, ya que no compensarán las pérdidas por falta de lluvias, ya que en alguna provincia de la región como Albacete persiste la sequía ya que es la zona de la región que menos ha llovido estos últimos meses y los agricultores empiezan a temer que se perderá el grano sembrado.
Además, cabe destacar que las tormentas y precipitaciones torrenciales que se dieron en las provincias de Toledo y Cuenca hicieron que los suelos y las siembras adelantadas sufrieran daños por erosión y por ende pérdidas en la producción.
Precios a la baja
Desde inicios de este año, los precios de los principales cereales han experimentado una deriva de precios negativa, especialmente acusada en el caso del trigo panificable disminuyendo un 25%, de la cebada pienso y malta con disminución de más del 25 % y del maíz grano con una disminución del 26,5%.
El descenso ha sido menos pronunciado en el caso del trigo duro cayendo hasta un 15%. Todos los últimos informes del Ministerio de Agricultura confirman dicha tendencia a la baja en varios de los mercados nacionales más representativos y en todos los casos, a excepción del trigo duro, los precios medios se sitúan por debajo de los de las cinco últimas campañas.
A este escenario de bajadas significativas en los precios, se suma el incremento sostenido de los costes de producción que, según los datos del Ministerio de Agricultura, ha consolidado subidas en fertilizantes del 35% y en carburantes del 45%.
Además de los condicionantes mencionados, los cerealistas se encuentran con que cada vez existen más daños de caza, en zonas de Cuenca y Guadalajara se ha incrementado la densidad de ciervos, jabalíes o corzos cuyos daños no suelen ser indemnizables por el seguro agrario.
Desde la UPA, además, se menciona la recién aprobada PAC que, en el caso de los cereales, la ayuda supone un porcentaje mínimo para los gastos por hectárea que existen ahora mismo.
El gasto medio por hectárea es de 600 euros en un cereal como cebada de secano; mientras que las ayudas de la PAC son mínimas, eso sin mencionar el elevado control administrativo derivado de estas ayudas, calificado de exagerado por muchos agricultores y que les desanima pues la ayuda final apenas supone nada.
¿Semillas de leguminosas?
Respecto a las leguminosas para cumplir los requisitos de la PAC, estas multiplican por tres su precio. El agricultor no encuentra semilla en el mercado por la alta demanda y porque se ha producido la pasada campaña menos de lo previsto. El otro gran problema que les ha surgido a los agricultores está relacionado con lo económico, pero sobre todo con el desabastecimiento. Encontrar semillas de leguminosas se ha vuelto misión imposible y si surge la oportunidad, en el caso de las vezas, su precio se ha multiplicado por tres con respecto al año pasado.
Se han establecido nueve modelos diferentes para que cada agricultor y ganadero se decante por el que más se ajuste a su realidad y aunque tienen un carácter voluntario, la cuestión está en que en la práctica los derechos de pago base verán reducido su importe y esa cantidad se podrá recuperar con la aplicación de algún eco régimen.
Una de esas modalidades exige determinada rotación de cultivos y un porcentaje mínimo del 10% de la superficie acogida sembrada de especies mejorantes de la cual, el 5% deben ser leguminosas.
¿Cambiar de mentalidad?
Cabe destacar que muchos agricultores de Castilla-La Mancha no están lo suficientemente concienciados con la nueva PAC y califican estas nuevas prácticas a seguir como innecesarias y por lo tanto muchos no seguirán el nuevo itinerario de la PAC.
Personalmente, por el continuo trato con agricultores, me he dado cuenta de que la agricultura de la región está muy centrada en lo que se hacía antiguamente (labrar, sembrar o rastrojar con el mismo cultivo, etc.) y será muy difícil cambiar la mentalidad del agricultor que toda la vida lleva haciendo lo mismo en su explotación.
