Al facilitar los nutrientes mediante el agua de riego, la fertirrigación atiende las necesidades específicas del cultivo, en función de variables como el momento fenológico, la clase de suelo o el tipo de agua. Fertifluid Fertilizantes elabora fórmulas para cada caso concreto
Mercedes Morchón, directora comercial de Fertifluid Fertilizantes
La fertirrigación es la técnica por la que se aportan los nutrientes al cultivo utilizando como vehículo el agua de riego. Esta técnica fácil, controlada y económica permite poner a disposición del cultivo los nutrientes que precisa en función de sus necesidades específicas, dependiendo de momento fenológico del ciclo vegetativo, de la clase de suelo o del tipo de agua de riego, entre otras variables. Es la forma de fertilización más económica y racional, cuya práctica comenzó en 1930 en EEUU y llegó a España en los años 50.
La fertirrigación está vinculada a riegos a presión, con fórmulas como aspersión, microaspersión, pívot, goteo, exudación, etc. Los más utilizados en Castilla y León son el riego localizado por goteo y aspersión. Como es sabido, en el primero no se riega toda la superficie, solo el bulbo húmedo, lo que resulta especialmente importante en cultivos intensivos y arboricultura, aunque en la actualidad también con una importante presencia en el cultivo del maíz.
En el caso de la aspersión, a través de pívot y cobertura total, se riega toda la superficie, por lo que se emplea principalmente en cultivos extensivos. En ambas formas es imprescindible una buena homogeneidad del riego.
Además de esto, una de las principales ventajas de la fertirrigación radica en la posibilidad de realizar aplicaciones en momentos avanzados del ciclo vegetativo del cultivo; la dosificación es exacta y evita quemaduras.
Sistemas de inyección
Los métodos habituales de inyección son a través de Inyectores Venturi, cuyo funcionamiento consiste en un estrechamiento del flujo principal para causar una depresión. De este modo, el caudal inyectado es muy sensible a las variaciones de presión introducidas en el sistema.
Otra opción es el tanque con by-pass de flujo, que se coloca en paralelo al flujo de agua de las tuberías de riego. El sistema más utilizado y preciso es la bomba de inyección, bomba de pistón o membrana, que si está accionada por un motor eléctrico es una bomba de pistón o hidráulicamente accionada por el agua de la red (en este caso se denomina bomba de membrana). Se trata de un sistema sencillo, económico y portátil.
Los más empleados
Los fertilizantes utilizados en fertirrigación deben ser sólidos muy solubles o líquidos filtrados, aunque la ventaja de emplear líquidos filtrados reside en no tener que realizar una previa disolución y, de este modo, que existan partículas en suspensión que provoquen atranques.
En la fertirrigación no es aconsejable mezclar los abonos, a no ser que se esté seguro de que son compatibles entre sí, pues pueden provocar quemaduras y precipitaciones de producto. El fertilizante no debe contener aditivos que, por ejemplo, generen espumas y cabe advertir de que es necesario comenzar y finalizar el riego solo con agua.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta es que no se deben mezclar abonos fosforados con abonos que contengan calcio, magnesio o hierro, ni abonos cálcicos con otros a base de sulfatos. Los abonos potásicos sólidos se deben disolver bien antes de utilizarlos. De cualquier modo, es mucho más efectiva y sencilla la utilización de potasas líquidas estables.
Las fórmulas deben ser exentas en cloruros (índice de sal), de forma que no aumenten la salinidad del agua de riego, y ser estables a bajas temperaturas para evitar precipitados.
Desde el inicio de su actividad, dedicada a la fabricación y comercialización de abonos líquidos,
Fertifluid Fertilizantes ha creído firmemente en la utilización de la fertirrigación como herramienta de avance en la fertilización de Castilla y León.
Ventajas frente a los abonos sólidos
Las ventajas en la utilización de fertilizantes líquidos frente la aplicación de sólidos son muchas, como la mejor asimilación y rapidez de actuación, el ahorro de fertilizante respecto a la única aplicación de una fórmula sólida y la exactitud en la dosificación.
Su aplicación también aporta beneficios como el ahorro en la cantidad utilizada de fertilizante por el agricultor, así como una mejor distribución. Además, no tener que utilizar maquinaria pesada para la aplicación disminuye la compactación del terreno.
La fertirrigación permite una gran flexibilidad en la aplicación, así como la adecuación del abono a las necesidades del cultivo en cada momento, en consonancia con el estado fenológico del cultivo o en función de las curvas de absorción de los nutrientes.
De este modo, estamos ante una fórmula que brinda la posibilidad de corregir rápidamente cualquier deficiencia nutritiva.
Una ventaja adicional se encuentra en el uso racional del fertilizante, con una menor pérdida de nutrientes por lixiviación, que se traduce en un mayor respeto por el medio ambiente. Además, está acreditado que esta fórmula permite el incremento de los rendimientos y mejora de la calidad de la cosecha.
En realidad la piedra angular de la fertirrigación se encuentra en el empleo de fórmulas líquidas 100% solubles en agua, filtradas y con total estabilidad. Por esa razón Fertifluid Fertilizantes elabora todo tipo de fórmulas bajo esas premisas, con total solubilidad, filtrado perfecto, estabilidad en el tiempo -incluso bajo circunstancias muy desfavorables de temperatura- y, muy importante, fórmulas poco corrosivas que evitan daños en los equipos de riego.
En el caso de riego por goteo, Fertifluid Fertilizantes elabora fórmulas ácidas a la carta que, además de aportar nutrientes minerales, logran una limpieza perfecta de los precipitados que se forman en los goteros.
El caso del maíz
La mayoría de las plantas, y especialmente el maíz, tiene una mayor necesidad de nitrógeno al final del ciclo. Al inicio de la formación de la planta la absorción es lenta, si bien a partir de la sexta hoja, durante el mes siguiente, consume el 75% de las necesidades totales que utiliza para la formación de la espiga; su deficiencia provoca deformaciones y reducción de tamaño de la mazorca. Si la aportación de nitrógeno de cobertera la realizamos a través de varios pases de fertirrigación, cubriremos a demanda de la planta las necesidades que tiene en cada momento.