La patata no tiene remedio este año. Los almacenes estaban repletos de producto francés de conservación cuando comenzó el arranque de los primeros tubérculos en España.
Patata a la baja
El inicio de las campañas en las diferentes zonas se ha ido solapando con la recogida de otras que ya debieran haber concluido la recolección. Este cúmulo de circunstancias ha propiciado una saturación de oferta, que ha supuesto el desplome de los precios.
El productor está vendiendo el kilo a un precio de entre cuatro y diez céntimos. “Cada vez más cerca de los cuatro que de los diez”, lamenta José Ramón Aguado, presidente de la Asociación de Operadores de Patata en Origen de Castilla y León (Asopocyl ).
El retraso en el arrancado por falta de salida merma la calidad
“No hay solución. La acumulación de patatas bestial. La campaña no tiene arreglo”, resume descorazonado el presidente de Asopocyl. Es la pescadilla que se muerde la cola. El sobreabastecimiento y la consiguiente falta de demanda obligan a que el agricultor retrase el arranque. Y ese tiempo de más que la patata está enterrada hace que pierda calidad, de manera que se devalúa aún más. La baza de competir por la vía de la calidad tampoco es una opción viable.
Con este negro panorama es muy probable que queden tubérculos sin arrancar, según avanza Aguado. En Valladolid se ha recogido entre el 35% y el 40% de la superficie cuando, a estas alturas de la campaña, lo normal es que ya fuera por el 60% de las 7.000 hectáreas sembradas. Y en Salamanca apenas llegan al 10%, una situación que lastrará al conjunto del sector regional. En Segovia también está comenzando la recogida, aunque es posible que el producto de esta provincia tenga más salida debido a que habitualmente tiene muy buena presencia.
En Castilla y León solo se ha vendido la mitad de patatas que en otras campañas
Es uno de los grandes problemas del cultivo, que el consumidor cada vez compra más fijándose solo en la apariencia de la patata. Así, el producto que va perdiendo imagen, aunque no cualidades culinarias, queda relegado a la venta en sacos. Pero tampoco hay mercado. Aguado cifra en un 50% el retraso en ventas respecto a lo que sería un año normal. “Para el agricultor es una ruina tremenda; el cultivo va a descender de una manera importante”, vaticina.
El sector ha asumido, desde antes de comenzar la campaña, diferentes iniciativas para encontrar solución a un problema que es común a todos los eslabones de la cadena, pero la saturación del mercado por el exceso de demanda es tal que no ha habido remedio posible. Cuando se inició el arranque en Cartagena y en Andalucía había aún demasiada patata francesa. La recolección de los terrenos más meridionales se solapó con la de Granada, Antequera y Badajoz. Y esta con la de Albacete, que hizo lo propio con Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda, donde en esta ocasión había mucha más patata de lo habitual. Tres cuartos de lo mismo sucedió con Toledo, y así hasta llegar a Castilla y León, con todos ofertando un producto sin apenas salida.
El maíz completa el ciclo
Los cultivos de maíz se están desarrollando con normalidad. Las temperaturas veraniegas han sido más suaves de lo que suele ser habitual en las tierras castellanoleonesas y ha habido agua para regar; circunstancias ambas que favorecen especialmente el buen desarrollo de este cultivo. Los precios no son buenos y aún es pronto para echar las campanas al vuelo. Todavía faltan al menos dos meses para que se recojan los primeros granos de este cereal en la región castellanoleonesa.
En el Canal del Páramo están acabando de suministrar el último riego al maíz
En la comunidad de regantes del Canal del Páramo (León) están terminando estos días con el que será el quinto riego, el último que suministran al cultivo. El 85% de las 17.000 hectáreas que gestiona la comunidad están dedicadas al maíz, según confirma su secretario, Eloy Baile.
El cereal del Canal del Páramo está al final del ciclo, con todas las necesidades hídricas satisfechas, ya que ha habido agua suficiente para el riego.
Además, esta semana han caído 15 litros por metro cuadrado. Y el hecho de que los termómetros no estén subiendo demasiado también contribuye a un buen desarrollo.
Las previsiones apuntan a cosechas medias de 1.100 kilos de pipa por hectárea
Girasol, cal y arena
La que está a punto de concluir no se recordará como una buena campaña de girasol. La falta de precipitaciones ha perjudicado desde el inicio a este cultivo de secano en el conjunto de la región. Se sembró mal porque en la sementera el terreno estaba seco y las fechas eran avanzadas, apuntan en Urcacyl. Después tampoco llovió para que las plantas pudieran crecer con alegría.
A quince días de que comience la cosecha en las zonas más tempranas, las perspectivas son malas. Y los bajos precios contribuyen al desánimo generalizado. La visión de Julián Hernández, jefe de compras de Deoleo, es más optimista. “En general, la campaña está bien presentada, con producciones que entre secanos y regadíos darán una media aproximada de 1.100 kilos por hectárea”, apunta.
Hernández matiza que mientras en el norte -Burgos, Palencia y Soria- los cultivos están bien, en el resto de provincias de la comunidad hay más desigualdad entre las tierras. La mala nascencia se nota en forma de faltas. La referencia de precios son los 310 euros que paga la tonelada la factoría de Andújar por tonelada de girasol normal. El alto oleico tiene más oscilaciones de precio.
El girasol acusa la mala nascencia en los terrenos del sur de la comunidad
Mejores previsiones manejan en el norte de la comunidad. Humberto Martínez prevé que será una cosecha “normal”, que le ayudará a mitigar los malos resultados del cereal. Martínez siembra habitualmente en torno a 600 hectáreas, este año son menos. Calcula que recogerá entre 1.000 y 1.200 kilos por hectárea en sus tierras de Sargentes de la Lora (Burgos).
El cultivo, que está a punto de madurar, se vio favorecido por las lluvias de principio de verano. Todavía falta mes y medio para cosechar; una siega que irá bien si las nieblas que ascienden desde el Ebro no incrementan la humedad de la pipa.
Buen forraje en regadío
La campaña está siendo positiva para el forraje de regadío, que se ha beneficiado de unas temperaturas adecuadas, sobre todo en la segunda mitad de agosto, y de que ha habido agua para regar. Los primeros días de septiembre la meteorología ha acompañado y algunas explotaciones han podido aguantar algo más hasta el último corte. Como señala Lucas Ferreras, agricultor de la provincia de Palencia, “septiembre se puede estirar mientras exista humedad en el suelo”. Algunos agricultores darán el quinto corte la semana que viene mientras que otros han realizado cuatro cortes y el de semilla. Las producciones están siendo buenas, aunque el primer corte dio algo menos por la presencia de insectos, como la cuca o gusano negro (Colaspidema atrum). Con los tratamientos correspondientes, la producción ha regresado a la normalidad.
Los precios de la alfalfa están dentro de los valores registrados el año pasado
En la alfalfa de secano la alegría va por zonas. En la franja septentrional de Castilla y León se ha visto afectada por el calor y la falta de lluvia, si bien la planta ha permitido realizar el ciclo habitual, que es de dos cortes más el de semilla. Este último se dará a finales de septiembre. En Tierra de Campos el secano apenas ha dado para un corte, por un verano seco y por la actuación de los topillos.
Todo esto con un mercado muy pendiente del exterior, con operaciones que han caído de forma apreciable en las zonas exportadoras tradicionales, sobre todo Aragón y Cataluña, lo que ha llevado a que haya más oferta en el mercado interno. Los precios se están manteniendo dentro de los valores del año pasado.