ASAJA Valladolid reclama más inversión en infraestructuras que almacenen el agua para épocas de sequía.
“El cereal languidece en nuestros campos ante la impotente mirada de los agricultores incapaces de poder remediar una cosecha que apunta cada vez más a muy mala”. ASAJA VALLADOLID reclama que es necesario un mayor esfuerzo inversor de la administración en infraestructuras que guarden el agua para las épocas de sequía.
“La provincia necesita un pantano que almacene un agua tan necesaria para agricultores, vecinos, cultivos y productos del medio rural”. A pesar, de algunas modernizaciones de regadíos e inversiones, todavía queda un largo camino por hacer porque cada año la historia se repite. Cosechas bien “planteadas” que se pierden por no tener una disponibilidad de agua cerca y asequible.
La administración no manda en el tiempo, “pero sí puede articular políticas para aprovechar y canalizar el agua, que es la vida que mantiene viva la economía y la población de nuestros pueblos”. Esta organización piensa que, tras el “paron” que afectó a toda la obra pública por la crisis, es momento de un nuevo impulso para la construcción de canales, balsas, sistemas de riego, y embalses, que puedan salvar, en épocas de escasez, cosechas y productos tan importantes para el P.I.B. de Castilla y León.
“El campo necesita, ante los caprichos del tiempo, más obras y sobre todo, más tecnología para adaptarse a sus constantes vaivenes”. Reconociendo que se han realizado inversiones importantes, dicen que “todavía un déficit grande tanto en infraestructuras como en tecnologías de gestión y ahorro del agua”. “Competimos con otros países en un mercado cada vez global en el que ellos tienen por su posición geográfica una mayor disponibilidad de agua”, por lo que consideran que sólo la tecnología y las infraestructuras, pueden ponernos a su nivel competitivo, si queremos que los agricultores y ganaderos produzcan con calidad a unos costes razonables.
La inversión inicial de estas obras y apuesta tecnológica “no puede ser un freno cuando el ahorro a largo plazo es tan considerable”, sin contar, con los puestos de trabajo que se generarían y “el efecto dinamizador” que supondría para las empresas de I+D+I de Castilla y León. Una apuesta de futuro para el medio rural, para su población y especialmente para jóvenes y mujeres.