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domingo, diciembre 1, 2024
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El cereal salva la primera dificultad pero reclama más agua según zonas

En regiones como el valle del Esgueva, Odra Pisuerga o la provincia de Soria hace falta que llueva otra vez. En cuanto a la patata, apenas se ha plantado en Castilla y León a la espera de que la temperatura suba y así el cultivo pueda hacer ya de inicio

El cereal en Castilla y León es otro ahora. Las lluvias le han resucitado, pero todavía hay zonas en las que necesita más agua. El presidente de la cooperativa Valle Esgueva (Valladolid), Honorato Calleja, considera que el panorama “ha cambiado a bastante mejor” con las precipitaciones de febrero aunque en su comarca siguen necesitando agua para que la cosecha vaya para adelante. “Conviene que llueva”, remacha. Lo bueno es que ya no hay hielos. Y se ha tirado nitrato y algo de herbicida.

En el entorno del Esgueva ahora la planta tira poco porque aún está pequeña. Cuando arranque necesitará precipitaciones; todavía le faltan reservas de las que se abastezcan las raíces del cereal. En la comarca, además, escasean las primaveras lluviosas. Los precios no ayudan: con precios del cereal a la baja y de los gastos de producción al alza, una cosecha corta reduce la rentabilidad. “Las cuentas igual salen cuentos”, especula.

El máximo responsable de Valle Esgueva apunta en este sentido que los herbicidas encarecen mucho la producción y que el precio del grano ha descendido entre 25 y 30 euros la tonelada. En la comarca hay mucho bromo, que se combate mejor si está en los trigos. Los agricultores cada vez aplican más el producto específico para trigo en las cebadas, de manera que el cultivo puede resultar muy perjudicado al no espigar.

Las sensaciones no varían mucho en el noroeste de Burgos, donde los pluviómetros han recogido de 50 a 60 litros de lluvia. “Se notó en su momento, pero hace falta más. No hay la humedad característica de invierno”, describe el gerente de la cooperativa Odarpi, Cecilio Santiago. Los productores han podido realizar todas las labores a la perfección. Falta incorporar el nitrogenado. Estos días suministran herbicida y los abonos de una sola aplicación.

En el entorno de Aguilar de Campoo (Palencia) está mejor, ya que han caído entre 70 y 100 litros de agua por zonas. “Ha dado un cambio brutal el campo”, confirma el técnico de Agropal Iban Díez. Hace un mes casi era invisible la presencia del cereal en las parcelas, pero ya se ve. “Tiene buena vela”, apunta de manera coloquial Díez.

Los agricultores han comenzado a aportar nitrogenados. El especialista considera que hay posibilidades de abonar en dos aplicaciones. “Un punto a favor”, evalúa teniendo en cuanta que en esos lugares es inusual que el tiempo lo permita. La expectativa está ahora en cómo se comportará la primavera. Se perdió algo de planta, que se compensará si el cultivo ahija bien.

Estos días se entra bien a la tierra. También están comenzando con los herbicidas. Las siembras están muy irregulares en este aspecto: algunas acumulan mucha mala hierba mientras que el resto no tienen nada.

En el territorio leonés que controla LESA también está resurgiendo el cereal. “Con las lluvias y el calor le apetece el nitrato y tomar los elementos del suelo. Ya verdea más”, señala el técnico de Leonesa Astur de Piensos Luis De Juan. El agua ha mantenido los terrenos más fuertes impracticables. Algunos pudieron entrar con el tractor por primera vez en bastante tiempo el fin de semana pasado por primera vez.

Cebada y trigo salen ahora de la parada vegetativa y están progresando bien. “Para superar el bache hay agua suficiente”, opina De Juan. Si los embalses tienen reservas suficientes para abastecer los regadíos, especialmente el de Barios de Luna, es más dudoso.

Por Zamora todo va bien. Los agricultores se afanaban a comienzos de esta semana en abonar con nitrato las parcelas. Había prisas para echarlo por si se cumplían las previsiones de lluvia. Más del 70% del mineral de primavera está ya repartido en el campo según confirma el técnico de Cobadu, José Crespo. Las malas hierbas, bajo control.

En Soria no sobra el agua, de hecho estaría bien para el cultivo que caiga algo ya. Esta próxima semana comenzarán con los abonos nitrogenados y dentro de un mes aproximadamente aplicarán los herbicidas de primavera, según avanza el técnico de Copiso, Eduardo Pascual. El cereal tiene buen aspecto. “Nació bien, pero no sobra el agua. Sería interesante que llueva”, insiste Crespo.

Colzas levantadas

Por lo que se refiera a las colzas, en Aguilar de Campoo ha habido que levantar la mayor parte. Las fincas se sembrarán, probablemente, de girasol. No será este ahí buen año de colza. Lo mismo ha sucedido en Zamora. La nascencia no fue buena, y tal como señala el experto de Cobadu “había poca planta”.

Sabiendo que la falta de agua ha condenado bastante la siembra en secano (tanto para la colza como los cereales) el cultivo está mucho mejor de lo que en enero se pensaba, según avanza Anxo Valiño, experto de Dekalb en Castilla y León. Las pocas precipitaciones en septiembre hicieron que la fecha de siembra se retrasara al menos quince días respecto a los últimos años.

Esto, junto  a que tampoco noviembre haya sido muy lluvioso, hizo que algunas colzas llegasen a las heladas con un desarrollo un poco deficiente, aunque han aguantado más de lo esperado las fuertes heladas. Solo en algunos casos donde esta se encontraba aún en cotiledones, se ha visto afectada en mínimas ocasiones por las heladas de 15 grados bajo cero registradas en muchas poblaciones castellanoleonesas.

Ahora, habiendo pasado la parada invernal y después de haber aplicado el abonado de cobertera (nitrógeno y azufre), la cosecha será a juicio de Valiño bastante buena en toda la comunidad.” Y, además, teniendo en cuenta el precio actual en Francia -410 euros por tonelada- el agricultor deberá pensar en poner el foco en las parcelas sembradas de colza para intentar sacar la máxima producción por hectárea, ya que estamos casi seguros que esta brassica puede ser (otro año más) uno de los cultivos más rentables”, argumenta el especialista de Dekalb.

El siguiente paso será vigilar el posible ataque de insectos. Para ello recomienda que pongan trampas. Las fuertes heladas habrán disminuido notablemente el número de insectos, pero es mejor certificar y justificar el tratamiento insecticida con un testigo visual (las trampas) sobre todo el gorgojo (por el aumento de temperaturas) y los pulgones. Siempre inician su ataque del perímetro al interior de la parcela. En prefloración hay que aplicar boro y molibdeno para favorecer los fenómenos de fecundación y de cuajado, numero de ramificaciones y de silicuas.

Todo preparado en patata

La campaña de patata promete. Al menos por el momento y a partir de las sensaciones propias de los involucrados en el sector. En Andalucía ya está todo encarrilado. El cultivo va en fecha y desarrollándose bien. La recolección comenzará a finales de abril o principios de mayo, con un arranque generalizado a partir de del día 10 de este último mes, según indica el director de Intersur, Cosme Catalán.

En la zona de Cartagena ha habido problemas con las lluvias, que han marcado la siembra en tres tandas. La primera -antes de las precipitaciones- se hizo en el momento idóneo y va con normalidad. Después hubo que trabajar más la tierra. Para la última quedó el terreno peor acondicionado, de manera que la mayoría optó por patata de industria con la que evitar incidencias en la calidad a la hora de sacarlas.

Tanto en Andalucía como en Cartagena ronda un 5% el incremento de la superficie, aunque en el segundo lugar la producción no aumentará así. Catalán añade que el lunes pasado comenzaron a poner patata en El Carpio (Valladolid), donde la superficie puede incrementarse entre el 5 y el 10%. Ha llovido poco, así que plantan en seco con la esperanza de que más tarde llueva y la tierra coja tempero.

“Hay buen ambiente. Los clientes nos están demandando producto y creen que en Francia se va a acabar antes de tiempo”, sintetiza el director de Intersur. Cree que, de esta manera, es posible que a mediados de julio no se sature el mercado en Castilla y León, lo que sería una excelente noticia para todos los productores.

Los cooperativistas de La Carpeña solo están preparando las fincas; aún no han plantado. “La gente está nerviosa. Están alzando las tierras. Si el tiempo no lo impide, faltarían dos semanas para comenzar a poner las tempranas en la fecha normal”, explica el gerente, Enrique Sanz.

El gerente de la cooperativa del sur vallisoletano no es partidario de iniciar ya las plantaciones. El terreno y la patata de siembra están a temperatura demasiado baja, de forma que no hará nada en la tierra todavía. “No me gustaría que planten todos seguidos. Es mejor que se escalone, y así puede haber un mercado más estable después. Eso es lo que pasó en 2016 porque el tiempo impidió que se plantara todo seguido”, recomienda Sanz.

En la comarca se pondrán cerca de 500 hectáreas de La Carpeña con hermes y agria para industria; monalisa y colomba para consumo. Se prueban otras, pero las citadas “son las que más aceptación tienen”, apunta.

En Salamanca también está a la espera de la condición ideal para comenzar. José Blázquez, gerente de Aranpino, cree que antes del día 10 no habrá patata sembradas en su zona de influencia. Calcula que la provincia rondará las 5.000 hectáreas. “Habrá algo más que el año pasado: no hay muchas alternativas a cultivos de regadíos y reina el optimismo en el ambiente”, avanza.

En la cooperativa dominan como tempranas la red scarlet –con destino a Portugal-, jaerla y ambra. Para ciclos medios cultivan spunta y fábula, mientras que agria y asterix -para Portugal- son algunas de las tardías favoritas. En Portugal se consume más patata que en España, no dispone de tierra en la que cultivar y los transportes son asequibles. Cuando el tubérculo escasea en la provincia charra lo compran en la de León.

Guisante y más

Los guisantes de tierras del Esgueva sembrados en diciembre nacen mal. Los puestos en febrero necesitan un chaparrón para germinar bien. En la región llega al 20% la superficie que se dedica a veza y guisantes, según explica Calleja. Con leguminosas es más barato combatir las hierbas adventicias.

En la provincia de León las alfalfas empiezan a tirar y se sembrarán más. Al mismo tiempo, la demanda de semilla de guisante ha crecido en detrimento de la de veza.

Ahora hay menos demanda de la habitual de trigo y cebada porque la mayor parte ya se sembró. Comienza poco a poco la preparación de terrenos para los herbáceos extensivos (remolacha y maíz) donde es posible que las ruedas pisen.

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