Ricardo Ortega
Más de 1.200 agricultores han abarrotado este viernes las calles y el Centro Cívico de El Carpio (Valladolid) durante el Congreso Internacional de la Patata, una cita que ha servido para dar el banderazo de salida al ciclo del cultivo y para inyectar una fuerte dosis de autoestima al sector.
Organizado por la Revista Campo, el encuentro ha ofrecido una completa radiografía sobre un cultivo que el año pasado ocupó 61.175 hectáreas en España. Se han analizado posibles fórmulas para afrontar el reto de la sanidad y se ha explorado la posible evolución del mercado, con la mirada puesta en la rentabilidad.

En el ánimo de los participantes ha quedado la voluntad de mejorar las cifras de 2024, cuando la superficie descendió el 1,9% y el consumo nacional disminuyó un 3%. Al mismo tiempo repunta la dependencia respecto a lo producido en el exterior, sobre todo en relación con la patata de siembra.
La secretaria general de la Asociación Europea de Comercio de la Patata (Europatat), Berta Redondo, intervenía en el congreso con datos que llaman al optimismo. Entre ellos, la buena salud de la que disfruta la patata en el viejo continente.

La superficie de cultivo ha crecido el año pasado en los principales países productores, singularmente Francia y Alemania, mientras los rendimientos por hectárea eran muy similares a los de años anteriores. Todo ello hace que ahora mismo haya más patata europea en el mercado.
La calidad de la patata fresca es buena con carácter general, aunque no se pueden olvidar amenazas para la sanidad como las que representan el fitoplasma Stolbur, el alfilerillo y el tizón tardío.
Patata de siembra
Sobre el encuentro técnico, que ya cumplía 13 ediciones, sobrevolaba la preocupación por la patata de siembra, que mejora su perspectiva respecto a la campaña anterior y que, incluso, ha incrementado la superficie de cultivo en las grandes áreas productoras, con epicentro en los Países Bajos.
Otro punto de interés está en Bruselas, cuyas decisiones motivaron en gran medida las movilizaciones masivas celebradas hace un año. Redondo destaca que la nueva Comisión Europea es “más conservadora” que la anterior, y que cabe esperar de ella una política “menos verde”.
El nuevo comisario de Agricultura, el luxemburgués Christophe Hansen, debe presentar sus principales líneas de trabajo dentro de sus primeros cien días en el cargo. Se trata de un político “inclinado al diálogo con todo el mundo” y con una palabra estrella, que es la “competitividad” de las explotaciones.
“Esperamos que esta Comisión sea consciente de que los cambios en el sector no se pueden exigir de un día para otro”, remachaba la secretaria general de Europatat, que ha participado en una mesa-debate con rostros muy importantes de la patata en España. Entre ellos, los de Alfonso Sáenz de Cámara, presidente del Comité de Patata de FEPEX; el consultor Fernando Alonso; la agricultora gallega María Antonia Calvo, y el sevillano Marco Román.

El congreso también se ha visto respaldado desde el punto de vista institucional, con la intervención de Jorge Llorente, viceconsejero de PAC y Desarrollo Rural del ejecutivo autonómico, y por el sector de la maquinaria, cuyas principales novedades han estado presentes en el entorno del Centro Cívico de El Carpio.


















