El tubérculo se paga entre 18 y 24 céntimos, pero la hectárea da esta campaña un 15% menos
El arranque de la patata en Castilla y León está siendo escalonado y las producciones no alcanzan la media, factores ambos que ayudan a que el precio sea bueno: según calidad y variedades se paga el kilo entre 18 y 24 céntimos. “El ritmo de venta es bueno y no debieran bajar”, desea el presidente de Asopocyl, Marco Martín. El problema está en que las bajas producciones de este año dificultan sacarle rendimiento económico a la hectárea, que sigue teniendo los mismos costes de producción para recoger menos kilos de tubérculo.
El gerente de la cooperativa de Salamanca Aranpino, José Blázquez, pone las cosas en su sitio. “El precio es bueno pero la rentabilidad baja porque las producciones han caído”, explica. La patata, según variedades, la patata salmantina se está pagando de media entre 20 y 23 céntimos el kilo pero las producciones de 60 toneladas por hectárea están esta campaña por debajo de 40 toneladas. La rentabilidad por hectárea está en jaque, aunque el gerente de Cosidel, Javier Fernández, coincide en que los precios están siendo “razonables para el agricultor”.
Las mermas en el arranque tienen mucho que ver con que las siembras no las pudieron hacer en las condiciones ideales. El suelo quedó demasiado compacto. En verano no ha hecho el calor necesario y las noches han sido excesivamente frías y húmedas para que la patata engorde. Y las enfermedades. Sobre todo el mildiu y la alternaria.
En la cooperativa charra queda mucho tubérculo por arrancar; han sacado solo el 15%. La campaña va con retraso. Lo bueno es que al ser progresivo el arranque, y que hay pocos kilos, “será difícil que se sature el mercado” y que los precios bajen mucho según Blázquez.
En el Valle de Losa (Burgos) están todos los cultivos quemados esperando a sacar las variedades más tempranas dentro de veinte de días. Es patata para siembra. El gerente de Cosidel calcula que la producción será un 15% menor. El presidente de Asopocyl coincide en que ese es el porcentaje de pérdida de producción en el conjunto de la Comunidad. “Las producciones son muy pobres”, señala.