Emiliano Marcos, de Interagro de Patatas, destaca que los agricultores que colaboran con la compañía terminaron de arrancar la semana pasada, antes de que llegaran las lluvias.
Ahora el tubérculo espera en almacén para ir atendiendo las solicitudes de los clientes, según la programación establecida.
Las lluvias caídas, sobre todo el jueves 19 de octubre, han detenido las labores en algunas zonas productoras, las más tardías, como el entorno de Peñafiel (Valladolid) o Cuéllar (Segovia).
También hay zonas de Salamanca en las que falta por recoger, en el caso de la agria, la Jelly o las variedades rojas.
Teniendo en cuenta la temperatura actual y viendo cómo son los inviernos en los últimos años, no hay prisa por arrancar. Como apunta Marcos, “el campo es la mejor cámara” para conservar la patata y no habrá problema para el tubérculo mientras no hiele.
En el sur de España, mientras tanto, hay ganas de sembrar y las lluvias de octubre pueden venir muy bien para que los embalses recuperen el tono, además de permitir que haya tempero para la siembra.
La plantación de patata suele ser en noviembre en el campo de Cartagena, mientras que se generaliza en Andalucía durante el mes de diciembre.
Javier Boceta, de Meijer, destaca que la campaña pasada dejó buen sabor de boca y que el agricultor andaluz volverá a apostar por el cultivo “siempre que haya agua”.
