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sábado, octubre 5, 2024
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La siembra de patata espera su momento ante un año con mayor superficie

Ni los más madrugadores han plantado el tubérculo, que ya acumula un retraso de varias semanas; se prevé una superficie de siembra de más de 20.000 hectáreas. La patata
francesa para lavado se paga a 30-32 céntimos mientras llega el primer producto del sur
Fotografía: Siembra de patata.

Los buenos precios registrados el año pasado y las dudas sobre otros cultivos de regadío hacen que todos los ojos se posen sobre la patata, con una superficie que previsiblemente volverá a subir por encima de las 20.000 hectáreas. Con todo, aún falta un tiempo para que los agricultores puedan entrar en las tierras y plantearse sembrar este tubérculo.

Tanto el gerente de la cooperativa salmantina Aranpino, José Blázquez, como el director comercial de La Carpeña, Enrique Sanz, señalan que ni los más madrugadores han plantado hasta la fecha. Además, ambos coinciden en que no esperan grandes cambios en el número de hectáreas cultivadas en sus respectivas áreas de influencia. Tiene que mejorar el tiempo.

Por su parte, José Ramón Aguado, presidente de la asociación de operadores Asopocyl, apunta que la gran mayoría de la patata que se consume ahora mismo en España procede de Francia. El precio que se está pagando por esta patata de conservación es diferente en función de la calidad: desde los 15-18 céntimos hasta los 30-32 para el caso de la patata de lavado. La tendencia es a que esos precios sigan subiendo puesto que Francia es el único país con capacidad de oferta ahora mismo. “Esperemos que esos precios se mantengan cuando la campaña comience aquí”, apunta. También hay algo de patata argelina y muy pronto empezará a llegar producto desde Israel.

Ahora mismo la única patata española que se encuentra en el mercado procede de Málaga, según Aguado. Son pequeñas cantidades que se consumen en el mercado nacional, junto a muy escasos restos de patata vieja española.

En otras zonas meridionales, como Andalucía o la Región de Murcia, el cultivo venía adelantado pero las heladas registradas últimamente, sobre todo en algunas comarcas andaluzas, han afectado a la planta y han frenado su desarrollo.

Mayor superficie

Es posible que este año haya algo más de superficie dedicada a patata, sobre todo por los buenos precios registrados y ante la “desilusión” respecto a cultivos como el maíz o la remolacha, señala el presidente de Asopocyl.

Pero queda muy lejos una situación en la que España lograra ser autosuficiente en patata, “cosa imposible a día de hoy si el sector no se estructura y se dota de estructuras de conservación”. Para Aguado, “mientras no lo hagamos no podemos ni plantearnos incrementar notablemente la superficie de cultivo”. Esas estructuras de conservación “deberían implantarse sobre todo en la mitad norte de la península”, en comunidades como La Rioja, el País Vasco o Castilla y León.

Estructurar el sector

La necesidad de ordenar el sector y poner de acuerdo a los diferentes agentes fue una de las asignaturas pendientes abordadas en la IV Jornada Técnica de la Patata, celebrada en la localidad vallisoletana de El Carpio. Allí se analizaron diversas cuestiones técnicas, desde la fertilización o la lucha contra las plagas hasta las novedades en maquinaria de siembra.

Jesús Paradinas, jefe de servicio de Comercialización Agraria y Asociacionismo de la Junta, analizó la producción del entorno de España “con el objetivo de que el agricultor esté informado y pueda tomar sus propias decisiones”.

La previsión oficial coincide con la de otros intervinientes en la jornada y apuntan hacia un incremento en la superficie dedicada a este cultivo en Castilla y León.

Paradinas recalcó que el pasado año todos los grandes productores europeos (Francia, Bélgica, Holanda, Alemania y el Reino Unido) experimentaron reducciones de producción y superficie sembrada, incluida la disminución de rendimientos por hectárea. En su opinión, los cambios más significativos en esos países son la posición débil de los productores en el mercado, muchos de ellos con ingresos por debajo del coste de producción.

Asimismo, “existe un continuo cambio a variedades más recientes”, con áreas de Bélgica y del noreste de Francia que incrementan rendimientos gracias a las nuevas variedades. Eso sí, “esto supone también un aumento del coste de semilla” para esos productores.

Respecto al consumo de patata en los hogares españoles, ete se ha mantenido estable en los últimos cinco años: si bien se puede apreciar un ligero retroceso en consumo total, en consumo per cápita permanece invariable.

El gasto en patata en los hogares se sitúa en torno a los mil millones de euros, si bien en el año 2013 se disparó hasta los 1.200 millones por la escasa producción y la reducción de la oferta.

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