El buen estado del cultivo y la fuerte caída de la producción en el sur de la península permiten ser optimistas en Castilla y León. La última semana de mayo comienza la campaña para promocionar el tubérculo nacional, bajo el eslogan ‘Patata nueva, la nuestra’
Las temperaturas del mes de mayo han llevado a la planta de patata a un desarrollo extraordinario, lo que hace prever buenos rendimientos por hectárea y un producto de calidad. La duda vuelve a situarse en el comportamiento de la demanda y en este capítulo también hay espacio para el optimismo, puesto que el mercado tendrá ‘hambre’ de tubérculo a mediados de julio, cuando se generalicen los arranques en Castilla y León.
El mes de mayo es cuando se suele dar el cambio y la patata temprana del sur de la península reemplaza a la de conservación, aunque ese relevo no se está produciendo este año con normalidad. Las siembras se retrasaron por la meteorología y en algunos casos se ha adelantado el arranque por la demanda europea, una doble presión que ha reducido de forma notable los rendimientos. Para más inri, en Andalucía y Cartagena había disminuido la superficie de siembra en un 20%, porcentaje similar al registrado en Castilla y León.
Los primeros en arrancar
Así las cosas, es probable que los primeros en arrancar patata en la comunidad dispongan de buenos márgenes, pero con la advertencia de que no debe haber prisa por cosechar. Para el presidente del Foro Español de la Patata, José Ramón Aguado, lo ideal para que el mercado no se atore “es que cada zona de producción cumpla su ciclo y no se solapen unas con otras”. “Esa coincidencia nos ha hecho daño otros años y, de hecho, lo mejor para los agricultores es que llegue el momento del arranque con un mercado vacío, que demanda patata”. Por esa razón los operadores “hemos tratado de frenar a la gente a la hora de sembrar, para evitar que se adelante el ciclo”. De este modo, para Aguado solo estaría justificado ese arranque temprano “ante una demanda real e importante del mercado”.
En opinión de Aguado, “ahora mismo hay buenas previsiones para el sector en España en cuanto a cantidades y demanda, a diferencia de cómo comenzó la campaña en 2014”. Pero hace esa reflexión después de dar por buena la cifra de un descenso de la superficie del 20% (unas 15.000 hectáreas) en España, y con comunidades como Galicia, donde la caída ha sido del 40%. “El problema que sigue teniendo el cultivo es que el agricultor le ha cogido miedo, puesto que es el más caro, y con mayor riesgo, y no hay forma de estabilizarlo”, apunta.
Una de las medidas adoptadas por el sector es la campaña divulgativa para promocionar el consumo de patata nueva española, que arranca el domingo 25 de mayo con diferentes acciones en radio e internet. El eslogan escogido, ‘Patata nueva, la nuestra’, “se ha redactado para defender nuestro producto sin criticar el de otros” y hace hincapié en la importancia de consumir patata nueva, frente a la de conservación, pero también patata producida en España, de una calidad superior -con carácter general- a la de importación. “En la campaña se explicarán cosas básicas, como las propiedades nutricionales de este tubérculo, su escaso contenido calórico o la mayor calidad de esa patata nueva, de temporada, cosechada en España”, apunta.
Interprofesional
De forma reciente se han reunido las organizaciones agrarias con el director general de Industria Alimentaria del Magrama, Fernando Burgaz, con la decisión común de iniciar los trabajos para constituir la organización interprofesional de la patata a nivel nacional. Sus objetivos serían los de estructurar el sector y conseguir un incremento del consumo de la patata española.
En el ámbito de Castilla y León también se prevé la constitución de una interprofesional, que funcionaría en el marco de la Ley Agraria de Castilla y León, así como la puesta en marcha de una marca colectiva denominada ‘Patata de Castilla y León’. Esta permitiría destacar la calidad de la patata producida en la comunidad e incrementar su demanda.
Dentro de la estrategia Agrohorizonte 2020, impulsada por la consejería de Agricultura, existe el objetivo declarado de alcanzar las 30.000 hectáreas de patata, un objetivo ambicioso para el que habría que invertir la tendencia actual.