El viñedo del siglo XXI debe dar respuesta a un escenario marcado por el cambio climático, por una normativa sanitaria cada día más estricta y por un consumidor que impone nuevos gustos y exigencias.
Las restricciones en el uso de fitosanitarios marcadas por la normativa europea, en el contexto a la Agenda 2030, chocan en muchas zonas vitivinícolas con patologías constantes o endémicas, como el oídio o el mildiu, que requieren el uso de numerosos tratamientos fitosanitarios.
En la búsqueda de soluciones, Agromillora-VCR coordina un proyecto de investigación que busca desarrollar nuevas variedades con genes de resistencia a estas enfermedades. Los trabajos se desarrollan en centros de investigación de Vitoria, el Penedès (Cataluña), valle de Baztán (Navarra) e Itacyl (Valladolid).
La compañía ha celebrado la Reunión Anual de Variedades Resistentes en las instalaciones de Neiker, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, en Arcaute (Álava).
Con los principales grupos bodegueros
El encuentro ha reunido a investigadores de los distintos centros tecnológicos que trabajan en el proyecto (INCAVI, INTIA, NEIKER e ITACYL), investigadores de la compañía, viticultores y representantes de algunas de las bodegas más punteras del país, como Martín Códax, Grupo González Byass, Rioja Alta, Grupo Domecq, José Pariente, X Siglos de Verdejo, Bodegas Itxasmendi o Gorka Izagirre. También han participado el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) y la Diputación de Vizcaya.
La jornada ha servido para poner en común los avances en la investigación que se inició en 2018 y que está previsto que concluya el próximo año. Los investigadores han puesto en marcha una red de ensayos en esas cuatro zonas vitivinícolas con el objetivo de ver cómo se comportan las nuevas variedades en diferentes ambientes, con tipos de suelo y climas diversos.
Son nueve las variedades nuevas cruzadas con las variantes más conocidas y representativas de las diferentes zonas productoras. Proceden de un programa intensivo de hibridación realizado por la Universidad de Udine (Italia).
Vinos con aceptación en el mercado
Los primeros datos del estudio han arrojado conclusiones esperanzadoras. Las variedades, en su mayoría, están demostrando ser consistentes y apuntan a la futura elaboración de vinos de calidad con buena aceptación en el mercado.
Mireia Bordas, de Agromillora-VCR, destaca el “diferente grado de tolerancia de las variedades”, tanto a mildiu como a oídio, con lo que “por ejemplo, en el futuro una bodega de la Ribera del Duero podrá interesarse por una variedad tolerante al oídio, mientras que una del Penedés deberá tener en cuenta la doble resistencia”, puesto que tanto mildiu como oídio están muy presentes en aquella comarca.
El proyecto se enmarca en una tendencia general de reducción de los tratamientos fitosanitarios en la Unión Europea, con especial importancia para los vinos ecológicos. De hecho, los trabajos apuntan a una reducción de productos fitosanitarios en un 75% en comparación con el manejo convencional, sin que se resienta la calidad de los vinos.
Bordas destaca en ese sentido que cada centro participante en el proyecto está analizando los vinos obtenidos, con diagramas sensoriales y notas de cata. “Todos los trabajos se desarrollan de acuerdo con la normativa que permitirá el registro y comercialización de las variedades”, subraya. A partir de ahora serán necesarios cinco años de toma de datos de parámetros agronómicos, productivos y de vinificación antes de poder registrar las variedades.
Viticultura ecológica
Viticultores y bodegas siguen muy de cerca los avances de este proyecto, que a medio plazo les aportará soluciones ante los problemas ocasionados por las patologías como el oídio y el mildiu. Así lo señala Ana Díez, responsable del proyecto en Neiker.
“Estamos ya en el cuarto año de una investigación que abarca un análisis agronómico de la planta, al mismo tiempo que se analiza su resistencia a diferentes enfermedades”, señala. El ensayo se está realizando bajo condiciones de cultivo ecológico y la conclusión “es que las variedades presentan un grado de tolerancia a mildiu y oídio muy importante”, lo que permitiría reducir el número de tratamientos.
También ha participado en el encuentro Lluís Giralt, del Institut Català de la Vinya i el Vi (Incavi), quien ha podido constatar que el diferente grado de tolerancia de una variedad depende de si cuenta con un gen resistente o varios.
El Incavi lleva muchos años trabajando con compañías investigadoras por un doble interés: porque será la entidad responsable de legalizar variedades en su ámbito geográfico y porque las nuevas variedades ensayadas “son una herramienta de futuro”. La viticultura ecológica está muy implantada en Cataluña, “de modo que nos afecta mucho la limitación en el uso del cobre”, apunta el investigador.
Otras investigaciones de VCR
La compañía italiana VCR, el primer productor a nivel mundial de planta injertada de viña, trabaja en paralelo en la obtención de nuevas variedades de viña a partir de otras variedades que son autóctonas.
Se trata de una de las líneas de trabajo más potentes del sector vinícola y que pondrá en el mercado en 7 o 10 años variedades similares a las actuales, pero más resistentes a enfermedades. Esto retornará en mayor sostenibilidad y rentabilidad para las explotaciones.
Sobre Agromillora
Por su parte, Agromillora es la compañía líder a nivel mundial en el sector viverístico. En las últimas décadas se ha convertido en un referente en producción y comercialización de árboles frutales y plantas de olivo con los más elevados estándares de calidad genéticos y sanitarios.
Está presente en todo el mundo, con diez filiales y nueve laboratorios en los cinco continentes.