La dura sequía que vivió España en el primer semestre del año ha provocado que las necesidades de ayudas por parte de los agricultores se hayan elevado a niveles pocas veces vistos con anterioridad.
Desde Agroseguro, la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados, se apunta que la superficie afectada por la sequía supera las 900.000 hectáreas en Castilla y León.
El año 2023 es el más catastrófico que se recuerda a efectos del seguro, tanto por superficie afectada como por indemnizaciones satisfechas, que ya se han empezado a abonar desde principios del mes de julio.
Los primeros beneficiarios fueron los profesionales de las zonas de producción más temprana, desde Aragón, Navarra y Guadalajara hasta las zonas más madrugadoras de Castilla y León, que son las de Ávila, Salamanca, Valladolid y Zamora. La estimación de indemnizaciones totales se acerca a los 180 millones de euros en Castilla y León.
En el conjunto de España, la estimación de indemnizaciones en cereal de invierno, leguminosas y colza a consecuencia de la falta de precipitaciones se sitúa por encima de los 430 millones de euros, lo que la sitúa con claridad en el mayor siniestro jamás registrado desde que existe el seguro agrario.