El agricultor que tenga su explotación en una de las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos deberá contar con un plan de fertilización para el abonado de cobertera que realice en los primeros meses de 2022.
Será la consecuencia más inmediata del programa de Actuación derivado del decreto que, el 30 de junio de 2020, ampliaba las zonas vulnerables a 14.414 kilómetros cuadrados y 387 municipios de Castilla y León.
Aunque se había anunciado para la primavera pasada, el Programa de Actuación ha tardado algo más de lo esperado. “Ha seguido un proceso de elaboración riguroso, basado en el diálogo”, señalan desde la Junta. Una vez redactado, el programa se sometió a información pública y, atendidas las alegaciones de diferentes usuarios, ahora debe pasar por el Consejo Asesor de Medio Ambiente y el Consejo Regional Agrario.
El texto resultante deberá someterse al informe de la asesoría jurídica de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente y podría publicarse en el Bocyl a finales de diciembre o principios de enero, con entrada en vigor inmediata.
De este modo, el agricultor que abone mediante un fertilizante de única aplicación o que realice coberteras “ya deberá contar con su propio plan de fertilización, cumplir las especificaciones incluidas en el documento y ser capaz de demostrarlo ante la administración” en caso de que se le requiera, subraya Jaime Fernández Horcajo, jefe de servicio de Prevención y Control Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente.
“A día de hoy ese plan de fertilización ya lo elabora quien aplica abonos orgánicos, en todo el territorio de Castilla y León y no solo en los municipios considerados zona vulnerable a la contaminación por nitratos”, recuerda.
El principal objetivo del documento es ajustar las dosis de fertilizantes y establecer las pautas “para que se realicen los aportes necesarios en el momento adecuado y de la forma adecuada, para que la planta pueda aprovechar de forma óptima esos nutrientes”, como destaca el responsable de la consejería.
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