Ricardo Ortega
La superficie de girasol será este año más pequeña que en 2021, cuando se produjo un ‘boom’ al abrirse la puerta a sembrar de pipa las parcelas destinadas a barbecho. En aquella marea favorable al girasol se alcanzaron las 387.000 hectáreas, recuerda César Álvarez, responsable de oleaginosas de Oleokelsa.
Las provincias que más superficie sembraron fueron las de Burgos (81.000 hectáreas), Valladolid (65.000) y Palencia (61.000). Pero este año toca regresar a la normalidad, puesto que los rendimientos del girasol dejaron mucho que desear. No todos los suelos estaban en las mejores condiciones para alojar girasol y la primavera estuvo muy lejos de acompañar.
César apunta que ese paso atrás se va a dar, aunque dependerá mucho de la provincia de que se trate. Burgos o Palencia, por ejemplo, mantendrán buena parte de su superficie. Pero en otras zonas se regresará a la remolacha o el maíz, habida cuenta de que la situación de los embalses no es tan dramática como el año pasado.
Al mismo tiempo, provincias como Soria o Zamora verán muy reducida esa superficie de barbecho que se sembró de pipa, puesto que ya no se ve como una opción atractiva. De forma global, el responsable de Oleokelsa estima una bajada de entre el 10 y el 12%, con lo que la superficie del cultivo quedará situada por debajo de las 350.000 hectáreas.
Un análisis del mapa del girasol no puede perder de vista que se trata de un cultivo eminentemente de secano, con excepciones como la provincia de Valladolid, donde se notan factores como el riego por sondeo, el suelo arenoso o la presencia de la planta de aceites de Olmedo, “una de las más modernas de Europa”.
Líderes en cultivo de la pipa
Fruto de todo ello, Castilla y León ya es la comunidad española líder en girasol, tanto por superficie como por producción, con lo que ha desbancado a Andalucía. En las últimas semanas baja el precio de las oleaginosas. La pipa y el aceite de girasol importados desde Ucrania han tirado hacia abajo de los valores.
Pero hay otros factores. Como el hecho de que la harina de soja esté cara, lo que acelera la transformación del producto y lleva a que se incremente la oferta del aceite que también se deriva de ese proceso.
Los precios bajan, sí, pero para César Álvarez no se puede perder de vista que la pipa cotiza a 570 euros en el mercado de París, lo que supone un precio apetecible teniendo en cuenta sus costes, y teniendo claro que el precio del cereal también ha bajado.
También destaca las ventajas agronómicas y medioambientales del girasol, con una capacidad para fijar carbono en el suelo que a medio plazo se reconocerá a través de ayudas.
