Las calles de Valladolid han vuelto a escuchar el ruido del campo. Más de 3.000 agricultores y ganaderos de toda Castilla y León se han manifestado, convocados por Asaja, UPA y COAG, para denuncia el incremento “desorbitado” de los costes de producción y para reclamar ayudas directas u otras medidas que palíen su situación.
El acto de protesta se convocaba el primer día de otoño y, precisamente, muchos de los congregados advertían de que, de no cambiar mucho la situación, el de 2022 será “un otoño caliente”.
El presidente regional de Asaja, Donaciano Dujo, ha destacado al inicio de la marcha que los gastos necesarios para una hectárea de cereal han pasado de 500 a cerca de 1.200 euros.
Según sus cálculos una explotación que en el año 2020 tenía unos gastos de 75.000 euros hoy debe poner 180.000 euros encima de la mesa.
Por eso reclamó a las administraciones la concesión de una ayuda ‘de minimis’ de 25.000 euros de media para 40.000 explotaciones de la comunidad.
Las razones para el enfado son muchas, y entre ellas cabe mencionar el coste de la luz, que para muchos regantes tiene carácter “inasumible”. Por eso reclaman una doble tarifa eléctrica, en la que se diferencie el periodo de riego respecto a aquellos meses en los que no se aporta agua al cultivo.
También se reivindica actuar en relación con el margen que se lleva cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria, dado que son “manifiestas” las diferencias entre el precio que percibe el agricultor por su trabajo y aquel que acaba pagando el consumidor.
Galería de imágenes de la manifestación
