Las comunidades de regantes de la comarca leonesa de la Valduerna han solicitado a la Confederación Hidrográfica del Duero la inclusión en el Plan Hidrológico 2021-2027 del sistema de regulación de la cuenca del río Duerna, “con la adopción de los sistemas que se consideren necesarios para conseguir alternativas de gestión del agua adecuadas en la comarca, especialmente en la zona del interfluvio entre el río Duerna y el Peces”.
La superficie regable es de unas 5.000 hectáreas, con una agricultura de regadío de la que viven cerca de 300 familias. Uno de los regantes es Manuel Rodríguez, con una explotación en Miñambres de la Valduerna, quien destaca la necesidad de regular el caudal. “Con que se pudiera almacenar menos de la tercera parte del agua que vemos circular en invierno, sería suficiente para regar y para mantener el caudal ecológico el resto del año”, recalca.
De no llevarse a cabo estas actuaciones, “seguiremos con el mismo sistema de riego y todos los jóvenes, incluido mi hijo, abandonarán la actividad”, denuncia.
Un sistema eficaz desde tiempos de los romanos
Por la margen izquierda del Duerna discurre el río de los Peces, que desde tiempo de los romanos se nutre en invierno de las derivaciones efectuadas desde el Duerna a través de cauces secundarios (zayas), fundamentalmente a la altura de Castrillo de la Valduerna, Destriana y Robledo de la Valduerna.
Toda la margen izquierda se recarga a través del río de los Peces y, si en este no hay agua, los acuíferos quedan vacíos y los pozos se secan. “De ahí la importancia de que este río de los Peces tenga caudal durante el invierno”, señalan los regantes.
Todo era así hasta hace unos años, cuando la CHD empezó a considerar estas zayas como cauces de riego y ordenó su cierre desde el 1 de octubre hasta el 1 de abril. “El criterio que se utiliza es el mal llamado caudal ecológico” del río Duerna, señalan.
Un grave deterioro ambiental
Esta situación genera que ahora por el único cauce que pasa agua en otoño e invierno sea por el río Duerna, por lo que se ha producido un deterioro ambiental importante en toda la comarca, además del efecto negativo en la recarga de acuíferos.
A su vez, el río Duerna tiene agua hasta mediados de julio, como mucho, quedando seco hasta muy entrado el otoño (a menudo hasta el mes de noviembre), cuando vuelven las lluvias.
“El riego de las fincas se viene haciendo desde siempre a través de los pozos que existen en toda la Valduerna y que se recargan anualmente, tal y como se ha indicado”, recalcan los regantes.
Comunidades de regantes
Pero a partir de 2018 la CHD no deja de instar a los regantes a que constituyan comunidades de regantes, cuestión que se está realizando en toda la comarca, “e incluso se está constituyendo un sindicato central que englobe a todas las comunidades, pero las cuestiones administrativas exigidas por la propia Confederación para tales fines son tan prolijas y complicadas que no es tarea fácil, aunque se está haciendo un esfuerzo titánico”, reiteran.
Ante la solicitud de un sistema de regulación de la cuenca del Duerna, “la respuesta de la CHD fue ignorarla y no se incluyó en el documento de aprobación de la revisión del plan hidrológico de la parte española de la demarcación hidrográfica del Duero, por lo que, a su vez, en toda la comarca se efectuaron alegaciones a la misma en diciembre de 2021, solicitando de nuevo su inclusión”, recuerdan.
Sin regulación no hay modernización
Por si esto fuera poco, “nos han comunicado en la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León que no se pueden adoptar sistemas de modernización de regadíos en cuencas de ríos que no estén regulados”. De este modo, “tampoco se pueden adoptar sistemas efectivos de ahorro de agua si se mantiene el río sin regular”, denuncian los regantes.
Recientemente se ha realizado un estudio que justifica la recarga de la zona entre el Duerna y el Peces, y se ha incluido en el Plan Hidrológico la derivación permanente del río Duerna al río Peces, “pero se ha solicitado la apertura en noviembre de 2021 y a esta fecha aún no se ha recibido respuesta por parte de Confederación”, por lo que la recarga de este año ya va a ser muy difícil.
Como recuerdan los regantes, “es sabido que la comarca tiene sus particularidades, pero difícilmente se puede mantener un caudal ecológico en el Duerna si no existe agua en el cauce”.
“Es evidente el deterioro medioambiental ocasionado por la falta de agua durante seis meses al año, desapareciendo cada año en el mes de octubre, al cortar de forma radical el agua, todas las especies de flora y fauna acuática existentes en la red de cauces que cruzan la vega. Por su parte, el propio cauce del Duerna carece de agua en verano y otoño”, describen.
De este modo, “la única solución razonable social y ambientalmente sostenible es la regulación de la cuenca del Duerna”, subrayan.
Propuestas de los regantes del Duerna:
1ª) regular la cuenca con balsas de recogida que se recarguen en invierno, cuando hay mucho caudal, y se puedan utilizar en el verano, no solo para los riegos, sino también para otros usos y para el mantenimiento del caudal ecológico.
2ª) adoptar sistemas efectivos de ahorro de agua de riego mediante una modernización de regadíos y reconcentración parcelaria de la zona.
“Si se incluye en el nuevo plan hidrológico 2021-2027 la regulación de la cuenca del río Duerna, con ello se lograrían los objetivos previstos en la planificación hidrológica de alcanzar el buen estado de las masas de agua, prevenir su deterioro y promover el uso sostenible del agua, así como contribuir a la satisfacción de demandas y al desarrollo regional, pero sobre todo a que no se muera la Valduerna”, remachan.
