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La lluvia retrasa las labores y condiciona el mapa de siembras

Se paraliza la cosecha de cultivos como el girasol, el maíz o la remolacha. Muchas hectáreas de patata siguen si cosechar

Superada la primera quincena de octubre, cuando deberían haberse iniciado hace un mes las siembras, las continuas lluvias están ralentizando las tareas habituales de la agricultura en diferentes comunidades autónomas, como en Castilla y León.

“A pesar de que el agua es un bien preciado por el sector, tanto para la agricultura como por supuesto para garantizar pasto a la ganadería”, subrayan desde Asaja, “lo cierto es que a día de hoy los agricultores no pueden entrar en sus fincas”.

Sigue sin recogerse una importante superficie de girasol, lo que afectará además a la preparación de esas tierras para las siguientes siembras.

También siguen en tierra parte de las hectáreas de patata, y se teme por su estado sanitario. En zonas productoras como la comarca de Xinzo de Limia queda un 60% de tubérculo por recoger, según el Sindicato Labrego.

Las alubias de León siguen igualmente sin cosechar, cuando ya debería haberse acabado prácticamente esta tarea.

Tampoco se ha avanzado en la recolección de maíz y remolacha, «y de hecho se han pospuesto las aperturas de las fábricas» por falta de raíz, según fuentes de Asaja, aunque desde la Revista Campo se ha contactado con la industria y el calendario de arranques se mantiene intacto.

En lo que respecta a las siembras, solo se avanzó algo los primeros días con la colza y la veza con destino a forraje, pero después prácticamente no se ha avanzado nada.

En el norte de Castilla y León llueve desde el comienzo de la sementera y los campos están encharcados, mientras en el sur al principio no se podían hacer las labores por no haber tempero, “y ahora también están impracticables por la lluvia”.

Así las cosas, los agricultores esperan que el tiempo se estabilice y haya unas cuantas semanas que permitan que el terreno se seque y se pueda sembrar. Porque cuanto más se retrasen las labores, más puede disminuir la superficie de cereal, que en las últimas campañas está en retroceso.

Para Asaja, “cuanta más superficie quede por sembrar en invierno, mayor empuje podrían experimentar cultivos de primavera como el girasol. Aunque es pronto para hacer vaticinios”. Todo dependerá del tiempo en estas próximas semanas.

Fuertes vientos

En el girasol, las persistentes lluvias han reblandecido el suelo en provincias como Palencia, lo que ha imposibilitado la cosecha en numerosas parcelas. Pero han sido los fuertes vientos el principal causante de los daños, al tumbar las plantas de estas oleaginosas, lo que no solo impide la recolección, sino que también daña el producto, al quedar las inflorescencias o capítulos (llamados popularmente ‘tortas’) pegados a la tierra empapada, lo que pudre las pipas.

Las condiciones del seguro de girasol, sin embargo, no cubren muchos daños, ya que no siempre hay anegamiento de la parcela (como pide el supuesto de las pólizas para declarar «lluvia persistente») o rotura del tallo (como pide el siniestro de «viento huracanado»), ya que no se han llegado a quebrar las plantas porque aún se encontraban verdes en la zona norte, describen desde Asaja.

En la provincia de Palencia se han sembrado esta campaña cerca de 49.500 hectáreas de girasol en secano y alrededor de 7.250 hectáreas en regadío, con unos rendimientos medios que en agosto se estimaban en 1.200 y 1.900 kilos por hectárea, respectivamente.

Debido a estos daños, es difícil que se alcancen las 73.100 toneladas de producción de girasol que se calculaban entonces.

El girasol es el tercer cultivo en superficie en la provincia, tras el trigo y la cebada. El grupo de leguminosas y proteaginosas para consumo animal, con unas 64.000 hectáreas, reúne varias especies (alfalfa y veza, principalmente).

En cambio, la patata es un cultivo más minoritario (727 hectáreas en 2024), cuyos rendimientos también van a verse muy afectados por las inclemencias atmosféricas en la recta final de campaña.

Imagen principal: el río Sequillo a su paso por la provincia de León. Foto de Abel

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