Más eficiencia
En este panorama la cruz viene determinada por los precios de la energía, que al haber tenido que suministrar más agua ha incidido en el incremento de la factura de los regantes. De ahí que cobre cada día mayor importancia la práctica de riegos con la máxima eficiencia.
“El riego eficaz llega por la modernización de los regadíos, de lo contrario resulta muy difícil. La modernización ayuda a que el regante sepa qué agua tiene que aportar”, señala el presidente de Ferduero. El agricultor cada vez afina más sus cuentas; no le queda más remedio.
El máximo responsable de la asociación de regantes lo sabe bien: “Regar es echar dinero. Y hay que dejar la cartera a un lado y el corazón al otro”, sentencia. Quintanilla hace hincapié en buscar los momentos mejores para regar, como las noches y los fines de semana, cuando la tarifa eléctrica es más barata y, además, llega toda el agua a la planta al evitar la evaporación.
“El coste de la factura eléctrica se ha disparado mermando la rentabilidad del agricultor. Si las modernizaciones fueran gratis… Los precios de mercado a la baja condicionan. Hacen falta precios justos y estables para que las explotaciones sean rentables”, pide Quintanilla.
La modernización también abre la puerta a la fertirrigación, una técnica que posibilita “mucho ahorro en nitrogenado. Al evitar los lavados de nitrógeno también se produce menos contaminación ambiental”, indica.
Bajantes en pívotsLa eficiencia a la hora de regar resulta muy difícil de evaluar y determinar, existen tal cantidad de factores que afectan directamente a la eficiencia del sistema de riego que, finalmente, alcanzar los niveles teóricos de eficiencia de cada sistema de riego, no está solo en manos del sistema en sí mismo, sino también del resto de factores que lo determinan.
La eficiencia del riego implica la capacidad de minimizar las pérdidas de agua. Factores tales como la dispersión por el viento o la evaporación del agua de la superficie del suelo y de la planta afectan el nivel de eficiencia. Simplemente hacer llegar el agua al suelo y controlar la escorrentía también incrementan la eficiencia.
En el campo del riego mecanizado, uno de los avances más significativos en lo que respecta a la eficiencia ha sido la instalación de los aspersores en bajantes, hacia abajo fuera del viento, apuntan en RKD. “Los bajantes deben su éxito a productos que distribuyen el agua sobre una gran área, aun cuando están montados debajo de los tirantes del pívot”, señalan.
“Estos dispositivos giratorios funcionan a baja presión y presentan una doble ventaja: un mayor tiempo de saturación y una baja pluviometría. Un patrón de distribución más completo puede duplicar el tiempo de saturación de los aspersores fijos”, indican. Actualmente los aspersores usados en los pivots operan con una presión de trabajo de 0,7 bares, o incluso menos.