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sábado, julio 27, 2024
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El campo ya acaricia un buen año de cereal

Las lluvias no se han detenido en abril y mayo, y ya se da por segura una buena producción de cereal en Andalucía. En Castilla-La Mancha la alegría va por barrios y la cuenca del Duero está en un buen punto de partida

Ricardo Ortega

Los productores españoles siguen peleando en un escenario complejo y lleno de trampas, pero hay cuestiones que se van despejando. Las movilizaciones han servido para que la UE le vea las ovejas al lobo (recuerden: elecciones europeas el 9 de junio) y haya cedido en flexibilizar las exigencias de la PAC. Menos trabas para el agricultor, aunque las nuevas reglas de juego lleguen tarde para las siembras en el sur de España.

Por fin tenemos un año húmedo en la península. A todo lo caído hasta la fecha hay que añadir los frentes atlánticos que se anuncian. Muchos cultivos que viven en exclusiva de la lluvia, sobre todo en Andalucía, casi tienen asegurado el ciclo.

Hay provincias meridionales en las que los trigos están espectaculares, como Córdoba y Sevilla. También los triticales, que algunos agricultores han descubierto como magníficas defensas frente a la presencia del conejo. Han comprobado que al animal no le gusta comer esta planta, de modo que una parcela de este cereal situada de modo estratégico puede salvar varias hectáreas de otro cultivo.

El trigo ya ha espigado y ha polinizado, y ya va superando la fase de llenado de grano. “Si caen unos 15 litros en mayo podemos estar ante una muy buena cosecha”, apunta Juan Fernández. Pero las lluvias de invierno no salen gratis y algunas parcelas de trigo tienen fuertes ataques de septoria, sobre todo en el valle del Guadalquivir.

En Castilla-La Mancha preocupaba el cereal, pero las parcelas tienen buen aspecto vistas en conjunto. Las excepciones se sitúan en las provincias más meridionales, las de Albacete y Ciudad Real.

En Castilla y León trigos y cebadas están muy desarrollados y pueden dar muy buenas noticias, aunque se han detectado diferentes enfermedades fúngicas, con corros en los que la planta amarillea.

En el norte de Burgos los trigos están espléndidos, pero aún hay riesgo de heladas y si la planta está espigando las consecuencias para la producción pueden ser muy importantes. Hubo un anticipo en las noches del 23 y el 24 de abril.

Lo que está claro es que va a ser un buen año de paja. Buenas noticias para los ganaderos, que vienen de unos meses en que este producto era escaso y caro. Por eso muchos han tenido que recurrir al serrín para la cama de las ovejas.

En otras provincias situadas al norte de la cuenca del Duero, como León o Palencia, los cereales se encuentran en un estado óptimo para estas fechas, aunque aún es pronto para hacer estimaciones; hay que ver cómo han afectado al grano las heladas y las rachas de aire frío que han azotado Europa en la segunda mitad de abril. El grano se hace en el mes de mayo y es en este mes cuando el agricultor se la juega.

En la provincia leonesa han comenzado las siembras de maíz, pero a un ritmo lento, puesto que todavía hay muchas fincas a las que no se puede entrar. Las labores se pueden prolongar más de lo que sería deseable.

Es el único cultivo que hace algo de sombra a la remolacha, que vive un gran momento gracias al precio internacional del azúcar. En la mitad norte está en plena contratación.

Se inicia la campaña de riego

La Comisión de Desembalse de la Cuenca del Guadalquivir ha aprobado las dotaciones para el riego de 4.000 hectómetros cúbicos por hectárea. El presidente de la asociación de regantes Feragua, José Manuel Cepeda, lo considera una buena noticia, si bien advierte de que, “con unas restricciones del 34% en la Regulación General, aún estamos lejos de la normalidad”.

Por ello apremia a las administraciones a “ejecutar las presas aprobadas en los planes hidrológicos” y a acometer de forma urgente un plan de balsas que permita un mejor aprovechamiento de las escorrentías. En los últimos quince años se deberían haber empezado en Andalucía 17 obras hidráulicas, “de las que solo hay una iniciada y otra está paralizada sine die”.

El 1 de abril comenzaba oficialmente en el Duero la campaña de riego, aunque a finales de mes no se había tenido que gastar un solo litro. Para la federación Ferduero se vive una situación de “casi” normalidad. La Comisión de Desembalse de la Demarcación del Duero destaca que los embalses gestionados por la CHD se encuentran al 87,7%, frente al 77,3% del año pasado.

El sistema que peor lo tenía era el de Pisuerga-Bajo Duero. Los tres embalses de cabecera (Requejada, Cervera y Aguilar) se encuentran al 68,2% de su capacidad, frente al 48,4 del año anterior. La propuesta de la Comisión de Desembalse fue de una dotación de 5.000 m3/ha y una reserva a 30 de septiembre de 35 Hm3, que es lo que marca el Plan Especial de Sequía. Los representantes de los regantes solicitaron subir la dotación y ahora mismo la cifra provisional es de 5.500 m3/ha.

Cuidado con las heladas

Un contrapunto a este panorama está en las heladas registradas en abril. José Ignacio García Barasoain, de Agroseguro, destaca que ha habido temperaturas por debajo de cero durante varias noches, con efectos en todas las DO del vino de la cuenca del Duero. “Se podrán apreciar los efectos cuando el pámpano esté seco”, subraya.

El cereal se ha visto afectado en función de su desarrollo vegetativo. En general el cereal está encañando. En el campo se recuerdan las fuertes heladas de mayo de 2017, cuando el cereal de la cuenca del Duero estaba espigando y las temperaturas bajo cero tuvieron gran incidencia.

La colza era en principio el cultivo que preocupaba más a los agricultores, ya que está en flor, pero en principio no se han visto parcelas afectadas.

“También habrá que estar atentos a las patatas que se hayan sembrado a finales de marzo o principios de abril y a las remolachas que estén en fase de cotiledones”, advierte Barasoain.

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